…el pensamiento se globaliza, pero el consumo se localiza” da como consecuencia que el consumidor favorece el producto local, algo tangible en diferentes países

Por Alicia Namesny

DEBATE. Los modos de vida determinan e influyen en el tipo de alimento que preferimos; el ejemplo más manido son los productos “convenience”, IV y V gama, inclusive VI, que pueden consumirse con una preparación mínima o inexistente.

La revista Aral, especializada en gran consumo, publica un artículo en que Ángela Ruíz y José Osorio, responsable de proyectos y de marketing, respectivamente, de Innofood I+D+i , explican las tendencias que se observan en la alimentación e innovación durante 2018. El análisis se refiere a todos los alimentos, con aspectos que son comunes también a los de origen vegetal.

Es el caso de la percepción de responsabilidad compartida que tiene un número creciente de consumidores en aspectos medioambientales y sociales. “Aunque en nuestra sociedad de bienestar permanezcamos algo ajenos a los datos globales acerca del crecimiento demográfico, el envejecimiento de la población, el grave aumento de la competencia por los recursos naturales y la demanda de agua en agricultura e industria, el hecho irrefutable es que estos aspectos influyen de forma casi automática en nuestra percepción de la alimentación. Por ejemplo, la apuesta por el bienestar social y la democratización de los productos de alimentación, ha llevado al imaginario colectivo a reconocer que el gasto energético y el impacto ambiental de los modelos de producción tradicionales no son compatibles con el consumo ético y responsable. Por ello se hace tan necesaria la inversión de los fabricantes y las marcas en nuevas estrategias productivas que no sólo sean rentables y sostenibles, sino que el consumidor las perciba así.”

La impresión 3D de alimentos puede dar el gran espaldarazo a la VI gama, los alimentos reconstruidos a partir de sus componentes. Una fresa hecha con pasta de fresa mediante una impresora 3D, por ejemplo.

“…el pensamiento se globaliza, pero el consumo se localiza” da como consecuencia que el consumidor favorece el producto local, algo tangible en diferentes países. En Francia son quizás los inventores del aprecio por el producto del “terroir”; los vinos lo hacen ya en todo el mundo. En productos hortícolas, los franceses reducen drásticamente el consumo de fresas foráneas cuando aparecen sus Garriguette en el mercado; y más recientemente en numerosos países se experimenta un aumento de las producciones locales de determinados productos, como es el caso, en, por ejemplo, Alemania, de espárragos, tomates, fresas, …

¿Cuáles son las variables del alimento local? el concepto espacial, la longitud del canal, la temporada de mi región, social, cultural, cercanía o medioambiental (km cero) …

“El consumidor se afianza en demandar alimentos seguros, éticos y naturales, con una transparencia total por parte de las marcas…”; hemos visto dejar una tarrina de arándanos en un supermercado porque la potencial consumidora no encontró la fecha de caducidad.

Un mundo por explorar por parte del sector hortofrutícola es el de la nutrición personalizada, versus las dietas. “Pautas alimentarias adaptadas a cada perfil de vida, al autocuidado de la salud (incluyendo la emocional) y a las necesidades fisiológicas de cada persona en particular.” Existen numerosísimos resultados provenientes de la investigación de también numerosos grupos de científicos estudiando las características nutricionales de diferentes especies. La repetibilidad de los resultados puede resultar compleja, debido a la diversidad de factores que la afectan, pero constituye una indudable base de conocimientos.

Frutas y hortalizas no escapan al e-commerce, como es obvio por el número creciente de grandes superficies que mejoran su oferta de este tipo y la incursión de Amazon en el tema. Schoeller Allibert, fabricante de envases de plástico de amplia implantación en el sector hortofrutícola, trabaja para lograr el recipiente reutilizable apropiado para estos usos.

Los kits para planificar comidas se sofistican; del clásico preparado para cocido, se pasa a packs para recetas más sofisticadas.

Un kit para una sopa o crema de setas

Si queremos poner de moda un producto nuevo o clásico, las redes sociales y los blogs son un aliado de mucho valor. Los productores de berries de Huelva las utilizaron para aumentar el consumo de arándanos; los productores de melón españoles han preparado un vídeo esta temporada para dar a conocer en el norte y centro de Europa los típicos “piel de sapo”, que holandeses, alemanes y otros europeos aún desconocen. Las redes sociales son un pilar de esta difusión.

Expendedora de smoothies, elija su fruta, al gusto …

Ha costado un poco, pero ya existen máquinas expendedoras que también ofrecen frutas. Mucho por hacer aún.

En España, aún puede enriquecerse mucho la oferta en frutas de un aeropuerto o estación de trenes; basta con observar lo que pasa en las mencionadas Holanda, Alemania, …, donde te puedes comprar una manzana en un sitio de estos y además a un precio razonable.

A tener en cuenta los varios fracasos comerciales al intentar introducir productos listos para consumir en envases de un tamaño que el consumidor no percibía como una ración suficiente.

 

Al consumidor le gustan los alimentos crujientes; ¿será por galletas, patatas chips, derivados del maíz, … y otros procesados?. Frutas y hortalizas no tienen nada que envidiar. Existe un amplísimo rango de variedades crocantes entre las frutas y hortalizas: pepinos para comer a bocados, melones de pulpa crujiente -crispy’s-, manzanas con mucha variedad, … Los caquis ya no son blandos, hay líneas de melocotones de pulpa dura. Aunque comer un melocotón a bocados aún es de “giris”, es posible!

El artículo de Aral comenta también aspectos del envasado, quizás de más compleja extrapolación a productos hortofrutícolas. Se continúa hablando de que al consumidor “le gusta tocar el fruto”. Es cierto. Pero ¿porqué? No será porque todos hemos tenido la mala experiencia de llevarnos un melocotón o una nectarina a casa que nunca llegaron a madurar. Los melones, las sandías, parecen haber dado ya el paso de ofrecer una garantía total al consumidor, de la mano de la mejora genética en gran medida, y, por supuesto, la necesidad de recolectarlos en su momento idóneo.

Cuando las frutas ofrezcan el mismo nivel de garantía organoléptica, no pediremos tocarlas. Como no pedimos que nos dejen catar la leche, o el café, … Seguridad alimentaria y trazabilidad de un alimento que se vende sin envoltorio, … son los talones de Aquiles; de las frutas y hortalizas, para crear valores reconocibles por los consumidores

Como siempre, los productos industrializados -los procesados- son una fuente de inspiración para los hortofrutícolas.

Referencia
Tendencias en alimentación e innovación, por Ángela Ruíz y José Osorio

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