El libro ‘Todo es terrible, pero yo estoy bien’ del profesor del IESE José Luis Nueno, publicado por AECOC explica el comportanmiento de los consumidores en las épocas de crisis
En los informes de AECOC Shopperview sobre las frutas y hortalizas dicen los encuestados que la marca es poco relevante, y quizás el motivo principal sea porque en las tiendas estos alimentos se ofrecen con muy pocas marcas
INFOMERCIAL
En los últimos 15 años, la sociedad ha enlazado la crisis económica de 2008, la pandemia y, ahora, una crisis de inflación sin precedentes. Muchos consumidores solo han conocido este contexto de crisis en su vida adulta, y eso condiciona su comportamiento. ¿Cuáles son los hábitos de estos consumidores en “permacrisis”?
El profesor del IESE, José Luis Nueno, explica en su libro ‘Todo es terrible, pero yo estoy bien’, editado por AECOC, que, paradójicamente “los ciudadanos más seniors son más cautos en sus inversiones, mientras que los jóvenes, que forman parte de este consumidor en “permacrisis”, siguen realizando gasto en partidas como ropa barata, bares y restaurantes, entretenimiento o viajes de bajo coste”.
Nueno entiende que una explicación a este comportamiento de los consumidores más jóvenes “podría ser su pesimismo ante las escasas posibilidades de independizarse, crear su propio hogar o formar familias. Sin proyectos a largo plazo que puedan requerir ahorro, destinan su presupuesto a gastos que creen asequibles”.
Este perfil de consumidor, según analiza el profesor Nueno “todavía no siente el peso de las cargas financieras más recurrentes, como seguros o hipotecas, por lo que destina parte de sus ingresos a placeres asequibles, que son los que puede permitirse”.
Este fenómeno incide sobre la creciente polarización del consumo, que lleva a crecer a las categorías más baratas y las de lujo. “Hasta los consumidores que más recortan en su gasto invierten en gamas altas para premiarse. Tenemos al consumidor “permacrisis” asfixiado y por eso busca recompensarse”.
Los informes de AECOC Shopperview confirman que, a pesar de que la situación económica de la mitad de los hogares ha empeorado, el consumidor no renuncia a determinadas partidas. Actualmente, el 35% gasta igual o más que el año pasado en ocio, espectáculos, cultura y viajes. Además, un 16% está comprando más productos premium/gourmet y el 61% sigue saliendo igual o más que en 2022 pasado a bares y restaurantes.
¿Hay precios con una imagen de sostenibilidad?
El precio es, hoy, el primer motivo de compra para el 58% de los españoles. Un porcentaje que ha ido creciendo durante el actual periodo de inflación. Sin embargo, atributos como la sostenibilidad siguen siendo relevantes para los consumidores. De hecho, el informe de AECOC Shopperview ‘El impacto de la sostenibilidad en la cesta de la compra’ indica que la mitad de los encuestados ha dejado de comprar marcas que considera no sostenibles, lo que supone un aumento del 18% respecto a los datos de 2019.
A la hora de llenar una cesta de la compra sostenible, los consumidores se fijan en aspectos como los materiales utilizados en los envases, el impacto medioambiental del proceso de producción, la oferta de productos saludables o la información sobre la composición de los productos. De hecho, el informe evidencia el interés de los consumidores en este eje, ya que el 48% de los encuestados se considera muy informado en términos de sostenibilidad.
A pesar de que la sostenibilidad se mantiene como factor relevante para los consumidores, el informe de AECOC Shopperview de este verano también evidencia que la inflación está condicionando los hábitos de compra. Así, tres de cada 10 encuestados afirman que han reducido su compra de productos sostenibles por precio y un 48% ha cambiado de establecimiento para tener una cesta sostenible a menor coste.
Las subidas de precios de frutas y hortalizas castigan a los más vulnerables, y su malnutrición aumenta
En frutas y verduras, uno de estos informes de AECOC, realizado en colaboración con Patatas Melèndez, muestra que la gente en un 79% valora el aspecto, en un 76% el precio y en un 53% que su compra del alimento sea de “temporada”. Muchos dicen a los encuestadores que compran “lo que les recomiendan” en las tiendas (promoción, más fresco, sin esto o lo otro, etc )
Mas de la mitad de los encuestados quieren conocer el origen de los alimentos que compran -valoran la transparencia del establecimiento- y una cuarta parte quieren que se les indiquen las certificaciones de calidad (DOP, IGP, …); la marca dicen algunos es poco relevante (quizás porque en frutas y verduras hay pocas marcas). En cuanto a los formatos de compra en granel o envasados, seguramente una cosa es lo que dicen los encuestados (la mayoría manifiestan comprar a granel) y lo que después hacen en la tienda.
En la categoría de frutas y verduras interesan las promociones, la proximidad del origen, no contaminante (conceptos de sostenibilidad) y los BIO. A los consumidores les preocupa la inflación (la mitad de los encuestados ven con espanto las subida de precios y no poder pagar la factura del gas o la electricidad). Casi todos los consumidores miran el precio del kilo de un alimento, y, una tercera parte se fija en el precio unitario de la unidad de venta (la pieza, bandeja, bolsa), mientras bastantes más de la mitad de los consumidores busca ofertas.
En los periodos con “crisis en la economía”, 3 de cada 4 clientes en las tiendas de alimentos la variante precios es tan importante como para hacer variar los hábitos de compra.
Sobre AECOC
AECOC es la Asociación de Empresas de Gran Consumo, una de las mayores organizaciones empresariales del país y la única en la que la industria y la distribución del gran consumo trabajan conjuntamente para desarrollar buenas prácticas y estándares tecnológicos que ayuden a las empresas a ser más eficientes y competitivas, aportando valor al consumidor. Engloba tanto a las mayores compañías como a las pequeñas y medianas empresas y representa sectores tan diversos como el de la alimentación y bebidas, textil, electro, ferretería y bricolaje, salud y hostelería, entre otros. Cuenta con más de 33.000 empresas asociadas cuya facturación conjunta supone cerca del 25% del PIB nacional.
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