De la gripe al colesterol…; vea cómo el ajo ayuda incluso en varias otras enfermedades más
Aunque para muchos su olor no es agradable, vale la pena conocer los múltiples beneficios del ajo para empezar a incluirlo con más frecuencia en su dieta
Beatriz Riverón,
Bioquímico farmacéutica
INFORMACIÓN
El ajo, Allium sativum (familia Amaryllidaceae) es una planta perenne cuyo bulbo (“cabeza de ajo”), compuesto de hojas escamosas (“dientes de ajo”) es comestible y utilizado como condimento y con fines medicinales. En la cocina se puede utilizar de diferentes formas: crudo, salteado, picado, loncheado, etc. En general, los pueblos mediterráneos son los mayores consumidores, usándolo generalmente junto con tomates y cebollas. Otros pueblos menos adeptos a su uso, lo llamaron “rosa fétida”, debido a su fuerte y picante olor que proporciona la esencia de ajo, constituida por compuestos orgánicos volátiles de azufre.
¿Cuáles son las sustancias bioactivas y nutritivas que contiene el ajo?
El ajo es uno de los productos vegetales más investigados y más vendidos del mercado. Durante siglos se lo utilizó como remedio tradicional para la mayoría de los trastornos relacionados con la salud. Además, se usa ampliamente como ingrediente alimentario: especia y afrodisíaco. Las propiedades del ajo son el resultado de una combinación de diversas sustancias biológicamente activas que, en conjunto, son responsables de su efecto curativo.
Los compuestos contenidos en el ajo se influyen sinérgicamente entre sí para que puedan tener diferentes efectos. Los ingredientes activos del ajo incluyen enzimas (por ejemplo, aliinasa), compuestos que contienen azufre como aliina y compuestos producidos enzimáticamente a partir de aliina (por ejemplo, alicina).
La aliina es un sulfóxido que se encuentra naturalmente en el ajo fresco. Es un derivado del aminoácido cisteína. Cuando se corta o tritura el ajo fresco, este compuesto entra en contacto con la enzima aliinasa y se convierte en alicina, compuesto que entre las sustancias presentes en el ajo se destaca pues contiene azufre y es responsable del olor y sabor picante característico de esta hortaliza. Otros fitoconstituyentes del ajo que contienen azufre son los ajoenos y vinilditiinas.
Los flavonoides como la quercetina y el mineral selenio, con poder antioxidante, también se encuentran en los bulbos.
También se extrajo un polisacárido con actividad antioxidante formado por los residuos de monosacáridos fructosa, glucosa y galactosa unidos por enlace β-glicosídico. Se demostró que este polisacárido tiene la potencial capacidad de eliminar aniones superóxido y radicales hidroxilo, especies químicas fuertemente oxidativas.
El ajo tiene un excelente valor nutricional, con vitaminas A, B2, B6 y C; aminoácidos; adenosina; sales minerales (hierro, silicio, yodo) y enzimas.
¿Cuáles son los beneficios comprobados al consumir ajo?
El ajo se ha utilizado desde la antigüedad como medicina, siendo utilizado en el Antiguo Egipto en la composición de diversos remedios. Sus propiedades antimicrobianas y sus efectos beneficiosos sobre el corazón y la circulación sanguínea ya eran valorados en la Edad Media.
Varias propiedades biológicas
Posee varias propiedades biológicas que incluyen actividades anticancerígenas, antiinflamatorias, antioxidantes, antidiabéticas, renoprotectoras, antiateroscleróticas, anticolesterolémicas, antihipertensivas, antiprotozoarias, antibacterianas, antifúngicas y antivirales, entre otras.
Existe una gran variación entre los productos de ajo que se venden con fines medicinales. La concentración de alicina (ingrediente activo principal) depende del método de procesamiento. La alicina es inestable y se transforma en diferentes sustancias químicas con bastante rapidez. Está documentado que los productos obtenidos incluso sin alicina como el extracto de ajo envejecido (AGE), tienen un efecto biológico claro y significativo en la mejora del sistema inmunológico, tratamiento de enfermedades cardiovasculares, cáncer, hígado y otras áreas.
Debido a la complejidad química del ajo y al uso de diferentes métodos de procesamiento, pueden obtenerse formulaciones con diversos grados de eficacia y seguridad.
Disminución del colesterol
El uso diario y constante de ajo ya ha demostrado que disminuye entre un 10 y un 15% el colesterol total, en adultos con niveles elevados de esta molécula. Los mecanismos detrás de este efecto no se comprenden completamente, pero parece que actúa tanto sobre la absorción de colesterol en el intestino como durante la síntesis de colesterol endógeno en el hígado, que es responsable de la mayor parte del colesterol circulante.
Hipertensión arterial
El ajo es un vasodilatador y por tanto beneficia la hipertensión arterial.
Tos y gripe
En los casos de tos y gripe, algunos estudios indican que puede mejorar la respuesta del sistema inmunológico a las infecciones, pero el efecto más conocido es el antimicrobiano. Aunque no hay evidencia de que el ajo sea capaz de prevenir o curar los resfriados y la gripe, probablemente el alivio que sienten las personas al tomar un té con ajo para la tos provenga de su discreta acción antiinflamatoria y contra microorganismos que pueden estar desencadenando una irritación local en la garganta.
Eliminación de toxinas
Ayuda a eliminar toxinas mejorando el rendimiento renal. Su uso en problemas dermatológicos se debe a su efecto bacteriostático, antifúngico, cicatrizante y astringente, combatiendo callosidades, verrugas, sarna, manchas cutáneas, alteraciones cutáneas, úlceras, entre otros.
Anticanceroso
Estudios en animales han demostrado que el ajo tiene un gran potencial como inhibidor de las enzimas responsables de la activación de carcinógenos reduciendo el crecimiento de las células cancerosas y estimulando su autodestrucción sin perturbar las células normales, actuando en la reparación del ADN y en la capacidad de limitar la proliferación del desarrollo de vasos sanguíneos que alimentan a los tumores, y de hecho, siendo también un antiinflamatorio.
Síndrome metabólico
El síndrome metabólico es un problema común en todo el mundo e incluye obesidad abdominal, hipertensión, dislipidemia e hiperglucemia. Conduce a la resistencia a la insulina y al desarrollo de diabetes mellitus y enfermedad cardiovascular. Con sus propiedades antidiabéticas, hipotensivas e hipolipidémicas, sugiere un papel potencial del ajo en el tratamiento del síndrome metabólico.
Disponibilidad de la alicina
Para que la alicina esté disponible es necesario amasar, moler o picar el ajo, y lo ideal es consumirlo crudo. Picar y agregar al final de la preparación, en ensaladas o cremas, puede ayudar a disimular el sabor fuerte. El ajo puede resultar indigerible para algunas personas, y su exceso puede provocar cambios en el proceso de coagulación, lo que debe ser tenido en cuenta por quienes se encuentran en el pre o postoperatorio. Un límite considerado seguro para la versión fresca y cruda es de aproximadamente dos dientes.
Es importante marcar que el ajo es un complemento y no debe sustituir a los tratamientos convencionales.
Consumir AJO beneficia a nuestro organismo
¿Por qué es bueno comer ajo en ayunas?
Aunque podemos comer ajo en cualquier momento del día, varios estudios han demostrado que el momento ideal para aprovechar sus beneficios es cuando estamos en ayunas. Esto se debe a su poder desintoxicante y depurativo, capaz de estimular la eliminación de toxinas y desechos del organismo, además de facilitar la expulsión de parásitos intestinales
El ajo es rico en antioxidantes y nutrientes que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico para prevenir infecciones y enfermedades. Por tanto, el consumo de ajo en ayunas garantiza unas buenas defensas para tener una respuesta eficaz ante virus, bacterias, hongos o cualquier tipo de microorganismo que intente atacar al organismo.
Cabe reiterar que para aprovechar todos los beneficios del ajo, este debe estar crudo. Las estimaciones indican que cuando cocido puede llegar a perder hasta el 90% de sus propiedades. Quizás su sabor crudo no sea algo agradable, pero si pensamos en los beneficios, valdrá la pena.
Fuentes: Uol.com.br/vivabem/ ; Anapa.com.br y Wikipedia
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Imágenes: Uol.com.br/vivabem/ y Wikipedia, Alicina
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