Las variedades de mango que disfrutamos ahora son fruto del cariño de la viuda del capitán J.J. Haden al trabajo de su marido

 

INFORMACIÓN
El mango es una de las en torno a 60 especies que tienen la familia Anacardiaceae, del género botánico Mangifera. Entre las que todos conocemos están dos especies que se consumen mayoritariamente como frutos secos, el anacardo, Anacardium occidentale (este también produce una “manzana”, que en sus lugares de origen se aprovecha como fruto fresco), y el pistacho, Pistacia vera.

El fruto del anacardo

El mango, Mangifera indica, es originario del este de India y de Myanmar, Birmania en su denominación previa, y se cree que se la cultivó en la India durante miles de años antes de que se introdujera en otros sitios.

Probablemente fue llevada por monjes budistas al Sureste de Asia, a la península de Indochina, donde están actualmente Camboya, Vietnam, Laos, Birmania y Tailandia, y a Malasia, un país que si bien geográficamente está unido a esa península por su parte continental, no se considera parte de ella por motivos históricos y culturales. La llegada a esta zona ocurrió entre los siglos IV y V y se produjo una “segunda domesticación”

Los comerciantes persas o llevaron hacia el oeste durante los siglos IX y X gracias a ellos llegó al este de África; esta posta fue tomada por los portugueses que aparentemente volvieron a introducirlo en India, en sus posesiones en Goa.

La expansión del mango continuó gracias a los portugueses, que también lo llevaron al Oeste de África y luego a Brasil sobre el año 1700. A partir de ahí llegó al Caribe, a Barbados en 1742 y a Jamaica en 1782.
Son ya los españoles quienes lo introducen en México, con material del caribe y de los territorios filipinos.

Finalmente…, en 1833, llegan al sur de Florida unas pocas plantas, pero no sobreviven. Es recién en la década de 1860 cuando llegan a Miami semillas que sí fueron capaces de prosperar.

La dispersión del mango alrededor de los trópicos y subtrópicos probó que se trata de una planta adaptable y que a través de cruzamientos naturales produjo variedades adaptadas a diferentes condiciones y microclimas. Estas variedades se utilizan actualmente como portainjerto para las variedades comerciales.

Las variedades comerciales

La mayoría de las variedades de mango comunes en el comercio internacional se originaron en el sur de Florida en la primera mitad del siglo XX. Los mangos introducidos en Florida alrededor de 1850 se cultivaron inicialmente como árboles del “fondo de la casa”.

Estos empezaron a cruzarse espontáneamente y a su vez hubo mejoradores amateurs que contribuyeron a crear nuevas variedades que influyen aún hoy en la producción comercial.

La primera variedad que recibió un nombre proviene de semillas de una variedad india, Mulgoba, comprada por el capitán J.J. Haden en 1902 al profesor Elbridge Gale de Lake Worth, cerca de lo que actualmente es West Palm Beach. J.J. Haden la plantó en su huerto en la zona de Coconut Grove, unos 120 km al sur.

El capitán Haden falleció antes de ver fructificar sus árboles, pero fue su viuda, Florence, quien se percató que los frutos de una de las plantas tenían una calidad excepcional e informó de ello a la Florida State Horticultural Society, quien prestó atención al tema… sentó las bases para su aprovechamiento genético.

A esa variedad se le dio el nombre de Haden y tuvo mucho éxito comercial y aún se la cultiva actualmente y se la comercializa como una especialidad, generalmente mediante envíos aéreos.

A través de cruces posteriores, a menudo de padres desconocidos, Haden dio originen a casi todas las variedades conocidas actualmente a nivel comercial, incluyendo Kent, Sensation, Tommy Atkins, Edward, Palmet, Osteen y Parvin.

Una variedad importante que no tiene a Haden o sus parientes como antecesor es Keitt, que proviene de una planta de la variedad Brooks y de un pariente desconocido.

Los mangos que consumimos en Europa

El grupo de variedades anterior se empezó a conocer como “los cultivares de Florida” y desde entonces se volvieron comunes en la zonas tropicales, subtropicales y el Mediterráneo.

Var. Kent. Imagen Montosa

Hay otros centros de mejora del mango, especialmente Brasil, Israel y Australia, pero la influencia de Haden es tal que también se encontraron sus trazas entre los ancestros de algunas de las variedades de Israel más conocidas (Maya, Shelly y Noa) y australianas (R2E2 y Calipso).

La mayoría de los mangos comercializados en Europa y el Reino Unido son de variedades de Florida y de Israel. Kent y Keitt predominan y solo se ven otros cultivares cuando baja el suministro e estos.

Existen sin embargo otras variedades importadas por motivos étnicos o líneas de especialidades.

Ataulfo es uno de ellos, un mango cultivado principalmente en México, en la costa occidental, y en Perú, y que también puede verse en el comercio como Honey o Champagne.

Var Ataulfo

Otro es el mango Kesar, que se cultiva en la base de las montañas Girnar, en Gujarat, India, y se vende entre mayo y julio especialmente en el Reino Unido.

Var. Kesar. Imagen pngwing

En España hay unas 5000 hectáreas de mango, un 75% de las cuales son de la variedad Osteen, un 15% de Keitt y 5% de Kent. La producción se extiende entre agosto y finales de noviembre con un pico productivo (75%) entre mediados de septiembre y mediados de octubre.

Var. Osteen. Imagen Reyes Gutiérrez

Fuentes
El recorrido por el origen de las variedades de mango la cuenta el consultor Guy Self, fruitguyde@outlook.com, en FruitTrop de marzo/abril 2022

La imagen del mango, de la variedad Osteen, imagen principal de este post, es de la tienda online Campo de Benamayor, que explica que esta variedad tiene un llamativo color rojo anaranjado, con ligeros toques carmesí, en la parte superior y su carne prácticamente no tiene fibra. A partir de mediados de septiembre se puede disfrutar de él.

La imagen del anacardo es de Frutapasion.es, Marañón o Anacardo: el fruto seco saludable

La información sobre la producción de mangos en España es del capítulo de Jorge González Fernández e Iñaki Hormaza, de la Estación Experimental La Mayora, “Los frutales (sub)tropicales en la Península Ibérica”, que forma parte del libro “Tecnología Hortícola Mediterránea – Evolución y futuro”. Eds. A. Namensy, C. Conesa, L. M. Olmos & P. Papasseit, SPE3, Valencia.

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