El mango es una fruta tropical muy apreciada por su sabor, fragancia y valor nutricional, y atrae un creciente interés por parte de la investigación
Beatriz Riverón,
Bioquímico farmacéutica
Mango, es el nombre de las frutas de varias especies de árboles del género Mangifera, especialmente de Mangifera indica, familia Anacardiaceae y sus numerosos cultivares.
Es una planta de hoja perenne y de larga vida. Su fruta es jugosa (más específicamente una drupa) y tiene numerosas variedades de formas, colores, texturas y sabores. De forma arredondeada a oblonga, puede pesar desde menos de 50 g a más de 2 kg. Durante el desarrollo del fruto, la cáscara es de un color verde oscuro, que cambia a tonos más claros, amarillos, anaranjados, rojos o de color borra de vino al madurar el fruto. La pulpa del mango maduro es dulce, de textura suave o fibrosa y de color naranja o amarillo. La variedad llamada mango de hilacha es la que mayor cantidad de fibra contiene.
Cuando no ha madurado completamente, su sabor es dulce astringente.
De origen asiático, se cultiva desde hace miles de años (India, Birmania y las islas Andamán). Mangifera indica crece espontáneamente en zonas intertropicales en altitudes de 0 a aproximadamente 900 , o hasta 1200 m,. La mayoría de las variedades de mango destinadas al comercio se cultiva debajo de los 600 m.
El mango es muy versátil y se puede consumir hasta con la cáscara, además de en forma de jugo, jaleas, vitaminas, ensaladas verdes, salsas o junto con otros alimentos.
La mejor forma de consumir la fruta es in natura para un mejor aprovechamiento de todos los nutrientes, los cuales se reducen durante el procesamiento.
La pulpa es la parte más consumida, mientras que la cáscara y el hueso, también ricos en sustancias de relevancia farmacológica, suelen desecharse. La pulpa de mango es una fuente de una variedad de azúcares reductores, aminoácidos, compuestos aromáticos y compuestos funcionales, como pectina, vitaminas, antocianinas y polifenoles.
El procesamiento del mango genera cáscaras y hueso (semilla) como desechos biológicos, aunque también tienen un significado nutracéutico. Los compuestos funcionales de la cáscara, incluidos los ácidos protocatecúicos, la mangiferina y el β-caroteno, son conocidos por sus propiedades antimicrobianas, antidiabéticas, antiinflamatorias y anticancerígenas. La semilla del mango tiene mayor contenido de antioxidantes y polifenoles que la pulpa y la cáscara y se utiliza para la extracción de aceite.
Propiedades nutracéuticas
M. indica se usa ampliamente en varios sistemas tradicionales de medicina para prevenir y tratar varias enfermedades. Ha sido una de las principales especies de plantas que se utilizan en los sistemas médicos ayurvédicos e indígenas desde hace 4000 años. Los efectos de promoción de la salud y prevención de enfermedades de esta fruta, se atribuyen a una serie de fitoquímicos bioactivos, incluidos polifenoles, terpenoides, carotenoides y fitoesteroles, que se encuentran en la hoja, la corteza, la pulpa comestible, la cáscara y la semilla.
Se ha demostrado que M. indica exhibe diversas actividades biológicas y farmacológicas, como efectos antioxidantes, antiinflamatorios, inmunomoduladores, antidiabéticos, antiobesidad, anticancerígenos, radioprotectores, antialérgicos, antiresorción ósea, inhibidores de la enzima monoamino oxidasa (la función de esta enzima es degradar monoaminas como la norepinefrina, la tiramina, la dopamina y la serotonina; los fármacos inhibidores de la enzima monoamino oxidasa, hacen que la concentración de estas sustancias en el organismo y en el cerebro, produzcan una mayor excitación de las neuronas que poseen receptores para estas sustancias mediadores, siendo estos inhibidores utilizados en el tratamiento de la depresión), propiedades antivirales, antifúngicas, antibacterianas, antiespasmódicas, antidiarreicas, antipalúdicas, antiparasitarias y lipolíticas. Lo estudios de fitoquímica han demostrado que los compuestos fenólicos son uno de los componentes biológicamente activos más importantes.
– El mango es una fruta que contiene muchos nutrientes tales como vitaminas A, K, B9, E y C, los minerales calcio, zinc, hierro, magnesio, potasio, y polifenoles, como mangiferina, kaempferol y ácido benzoico además de abundante tenor de fibras.
– Aumenta la absorción de hierro. La fruta es un alimento que contiene vitamina C y este nutriente ayuda en la absorción del hierro de los alimentos ingeridos. De esta forma, el consumo de la fruta después de las comidas contribuye a quienes padecen anemia por la privación de este mineral.
– También contiene amilasas, que son enzimas que descomponen los carbohidratos, facilitando su absorción y, por tanto, regulando y mejorando la digestión.
– Ayuda a controlar la glucosa en sangre. Algunos estudios muestran que los polifenoles como el ácido gálico, el ácido clorogénico y el ácido ferúlico pueden estimular la producción de insulina y reducir los niveles de azúcar en sangre y de hemoglobina glicosilada, siendo éste, un indicador de diabetes, y puede ser un aliado importante en el tratamiento de esta dolencia.
– La mangiferina, una glucosilxantona (xantonoide), entre otros efectos, protege el hígado, mejora la acción de las sales biliares que son importantes para la digestión de las grasas y ayuda en el tratamiento de infecciones intestinales.
– El mango ayuda a combatir la inflamación, fortalecer el sistema inmunológico y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. La mangiferina, el ácido gálico y la benzofenona presentes en el mango tienen propiedades antiinflamatorias y son muy útiles en el tratamiento de inflamaciones intestinales como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn, por ejemplo, ya que reduce la producción de sustancias inflamatorias como las prostaglandinas y las citocinas. La acción antiinflamatoria en el intestino ayuda a prevenir el daño celular que puede causar cáncer en el recto y el intestino.
– La vitamina C y los compuestos polifenólicos como la mangiferina, la quercetina, el kaempferol, el ácido gálico y el ácido cafeico presentes en la fruta del mango tienen acción antioxidante, combatiendo los radicales libres y reduciendo el daño celular. Así, el mango ayuda a prevenir y combatir enfermedades asociadas al estrés oxidativo provocado por los radicales libres como la aterosclerosis, el infarto, la diabetes o el cáncer. Además, por su riqueza en vitaminas A, B, C, E y K se fortalece el sistema inmunológico ya que éstas estimulan la producción de glóbulos blancos. La mangiferina estimula las células de defensa del organismo para combatir las infecciones.
– Algunos estudios que utilizan células de leucemia y cáncer de mama, próstata e intestino muestran que los polifenoles, especialmente la mangiferina presentes en el mango, tienen una acción antiproliferativa de células cancerosas.
– El mango es una fruta excelente para combatir el estreñimiento porque es muy rico en fibras solubles que actúan absorbiendo agua del tubo digestivo, formando un gel que ayuda a regular la función de los intestinos. Además, la mangiferina actúa como un laxante natural al aumentar el movimiento intestinal y facilitar la evacuación de las heces.
– La mangiferina junto con la benzofenona, tienen un efecto protector del estómago al tener acción antioxidante, reduciendo el daño a las células del estómago, además de reducir la producción de ácido estomacal y, por lo tanto, pueden ayudar en el tratamiento de la gastritis o úlcera.
– Protege contra las enfermedades cardiovasculares. Las fibras solubles presentes en el mango reducen la absorción de grasas de los alimentos por lo que ayudan a prevenir el colesterol y los triglicéridos, que son los encargados de formar placas en las arterias. Así, el mango mejora el funcionamiento de las arterias y ayuda a prevenir infartos, insuficiencias cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Además, la mangiferina y la vitamina C tienen acción antiinflamatoria y antioxidante que ayudan a reducir el daño celular, manteniendo los vasos sanguíneos sanos, y los polifenoles, el magnesio y el potasio, ayudan a relajar los vasos sanguíneos y a controlar la presión arterial.
– Mejora la salud de los ojos, ya que posee antioxidantes como la luteína y la zeaxantina que actúan como bloqueadores solares previniendo el daño ocular causado por la luz solar. Además, la vitamina A del mango ayuda a prevenir problemas oculares como la sequedad o la ceguera nocturna.
– Mejora la calidad de la piel, debido al contenido de vitaminas C y A, que son antioxidantes y ayudan a combatir los radicales libres que causan el envejecimiento de la piel. La vitamina C también actúa aumentando la producción de colágeno, que es importante para combatir la flacidez y las arrugas en la piel, mejorando la calidad y el aspecto de la piel. Además, la vitamina A protege la piel de los daños causados por los rayos del sol.
– Combate el herpes labial. Algunos estudios muestran que la mangiferina presente en el mango tiene acción contra el virus del herpes labial inhibiendo su replicación, lo que puede ser un aliado importante en el tratamiento de esta infección. Además, este compuesto también puede bloquear la multiplicación del virus del herpes genital. Sin embargo, todavía se necesitan estudios en humanos para probar este beneficio.
– Mejora la concentración y la memoria. El mango está en la lista de alimentos que ayudan al correcto funcionamiento del cerebro. Esto se debe a que contiene ácido glutámico, un aminoácido importante para el órgano.
– Se ha aceptado que la neuroinflamación, el estrés oxidativo y la activación glial (las células gliales, comúnmente llamadas neuroglia, gliocitos o simplemente glía], son células no neuronales del sistema nervioso central que brindan soporte y nutrición a las neuronas) están implicados en la sensibilización central que subyace al dolor neuropático. “Vimang” es un extracto acuoso de mango utilizado tradicionalmente en Cuba por sus propiedades analgésicas, antiinflamatorias, antioxidantes e inmunomoduladoras. Hay varias formulaciones disponibles, inclusive para mangiferina, su componente activo principal. Los estudios preclínicos demostraron que estos fitoquímicos promueven la degradación de IκB (interleucina B) activada por el factor de necrosis tumoral α, y la unión del factor nuclear κB al ADN que induce la transcripción de genes implicados en la expresión de algunos mediadores y enzimas envueltas en la inflamación, el dolor, el estrés oxidativo y las sinapsis.
A pesar del progreso esencial en el análisis fitoquímico y medicinal de M. indica, se necesitan más esfuerzos para explorar sus componentes activos y su aplicación en la industria farmacéutica.
Fuentes
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Imagen
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