Los hábitos de consumo y los estilos y ritmos de vida se han transformado completamente en la sociedad española en los últimos años y esto conlleva cambios. Las consecuencias de éstos son un sedentarismo severo, excesivo consumo de alimentos procesados y refinados y escaso consumo de frutas y hortalizas. Son aspectos de una nutrición desequilibrada. En la comida estamos fascinados por la abundancia
El bajo consumo de frutas y hortalizas da como resultado que un 21% de la población tenga obesidad y un 40% sobrepeso.
El consumo de vegetales cae en los hogares, y en cambio aumenta el gasto. Según el ‘Informe del consumo de alimentación en España 2016’, elaborado por Fepex, tan sólo ha aumentado el consumo de patata. En el artículo Las frutas y hortalizas frescas no hacen ‘tilín’ del portal murciaeconomía.com, se facilitan los datos precisos de esta preocupante caída en el consumo verduras, en el caso que se convirtiera en tendencia.
En este orden de ideas, el artículo sobre Consumo de frutas y hortalizas. Un vaso ‘medio lleno’ del Dr. Miguel Merino-Pacheco, explica que el bajo consumo de fruta y hortalizas en los Países Bajos ocupa la quinta posición entre las causas de fallecimientos.
“Las enfermedades más comunes se relacionan con esta circunstancia como, por ejemplo, la diabetes, el colesterol o enfermedades del corazón las cuales, en muchos casos, pueden revertirse con planes de alimentación controlados y hábitos saludables.”, explica Eoroinnova Formación, entidad que ofrece un curso online en el que los participantes adquieren conocimientos sobre composición de dietas, etiquetas de alimentos, nutrición, obesidad, …, con un enfoque holístico en que se tienen en cuenta las variables que intervienen en el bienestar, cuentan en Benalgo
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