Por Ana Marcos González, en EFE Salud. La imagen de cabecera es de Alimentaria 2016

“Alimentos de temporada en primavera: color, olor y sabor”, un artículo de Ana Marcos González publicado por EFE Salud, explica que el crecimiento de la industria alimentaria y la globalización permite poner en el mercado todos los alimentos en cualquier temporada del año. Sin embargo, consumir alimentos de temporada y proximidad nos permite disfrutar de productos más sabrosos, con mayores aromas y sabores, texturas y apariencias más agradables, además de con mayor aporte de nutrientes a un precio más barato y reduciendo la contaminación ambiental.

“Hace cuarenta años a nadie se le ocurría hacer un zumo de naranja en verano o una ensalada de tomates frescos en invierno”, reflexiona Laura González, colaboradora de “El Bisturí” y responsable de salud y nutrición de Nestlé. La nutricionista explica que la elección de alimentos de temporada por proximidad es el primer factor que configura las tradiciones culinarias de las regiones.
“Los pueblos han sido sabios en cómo integrar esos alimentos de cercanía en platos nutritivos y económicos, cada uno con métodos culinarios adaptados al entorno y al clima. No es una casualidad que los platos fríos se sirvan en verano y que sean a base de productos de origen vegetal y de proximidad”, destaca.

No obstante, la experta reconoce que la alta disponibilidad de alimentos todo el año -dejando aparte otros aspectos tales como la recuperación de recetarios tradicionales de la dieta mediterránea o su impacto en el medio ambiente- ofrece la oportunidad de mejorar el acceso a productos saludables como frutas y hortalizas.

Comer alimentos de temporada significa consumirlos durante su época natural de cosecha.

Entre las ventajas que presentan, Laura González menciona las siguientes:

– Son más sabrosos porque se cultivan con el clima y ciclo natural de crecimiento, con la exposición solar necesaria para desarrollar esos compuestos volátiles que les harán más agradables al paladar.

Conservan mejor el sabor y sus aromas. Tienen una textura, una apariencia y un sabor más agradables, es decir, mayor calidad organoléptica. Ello se debe a que se recolectan en el momento óptimo.

– Son más nutritivos y contienen un mayor aporte de sustancias fitoquímicas, muchas de ellas con capacidad antioxidante, responsables de esas diferencias sensoriales que se aprecian entre una fruta de temporada de otra que no lo es.

– Aportan mayor variedad a nuestra mesa facilitando la incorporación de nuevos alimentos con distintos colores, texturas y sabores, y disminuyen la monotonía.

– Son más baratos ya que no hay que transportarlos desde muy lejos y los agricultores locales pueden ofrecer productos frescos de temporada normalmente a buen precio.

La nutricionista también señala una serie de ventajas para el consumo de alimentos de temporada vinculadas a aspectos medioambientales y sociales:

– Consumir alimentos de temporada ayuda a impulsar y mantener la economía local, fomentando los pequeños comercios.
– Es más respetuoso con el medio ambiente, porque cuando se cultiva contra natura, forzando la planta a crecer fuera de tiempo, o cuando el clima no le es favorable, el uso de fuentes de calor y de productos fitosanitarios se hace más necesario.
– Al comprar productos locales de temporada se gasta menos energía en su producción, en el transporte, en la distribución y en el almacenamiento, por lo que son más sostenibles.
– Un bajo requerimiento de transporte y almacenaje ayuda a reducir las emisiones de CO2 y la utilización de cajas, bolsas y envases adicionales.
– Sembrar en temporada y favorecer la rotación de los cultivos empobrece menos el suelo que los cultivos extensivos.

El artículo de Ana Marcos González continúa explicando especies que se pueden consumir a partir de abril y recetas que las emplean. El acceso al artículo completo está a continuación.


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Alimentos de temporada en primavera: color, olor y sabor

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