Además de ser un delicioso fruto seco, el pistacho, por sus saludables propiedades nutritivas, puede considerarse un importante alimento funcional
Según los resultados de varios estudios, se ha demostrado que los pistachos tienen varios grupos de fitoquímicos valiosos, que poseen excelentes actividades biológicas
Beatriz Riverón,
Bioquímico farmacéutica
INFORMACIÓN
El pistacho (Pistacia vera L., familia Anacardiaceae), es un importante fruto seco para uso culinario originario de las regiones de Asia occidental que hoy se cultiva en muchos lugares del mundo, y el principal productor es Irán.
Las plantas son dioicas, tienen pies masculinos y femeninos separados. Las flores son apétalas y se reúnen en inflorescencias llamadas panículas (o racimos). El fruto es una drupa, constituido por una cáscara dura y blanquecina que contiene en su interior la semilla que es la porción comestible; de forma alargada de un color verde pálido, está cubierta a su vez por una piel fina de tono malva, y tiene un sabor característico, considerada el “fruto seco”.
Los pistachos se comen con mayor frecuencia enteros, tostados y salados (como los cacahuetes) o frescos. El helado de pistacho, que es de color verde, también es famoso.
Propiedades nutracéuticas
– Su riqueza en betacaroteno y vitamina E, parece estar directamente relacionada con la función eréctil debido a que colabora con la relajación de los vasos sanguíneos. El selenio presente es otra de las sustancias que se destacan en la composición del pistacho, debido a que favorece que se produzca la espermatogénesis.
– Los pistachos son una fuente de grasas monoinsaturadas e insaturadas, las cuales ayudan a mantener niveles saludables de colesterol en sangre. Contienen también proteínas, carbohidratos, vitaminas del complejo B tales como B1 (tiamina), B2 (riboflavina), B3 (niacina), vitamina A y los minerales calcio, magnesio, potasio y fósforo.
– Los pistachos son menos calóricos que otros frutos secos, como por ejemplo, las nueces.
– Poseen compuestos con propiedades antioxidantes. Su color púrpura y verde se debe a los nutrientes luteína (que está relacionado con el betacaroteno y la vitamina A) y las antocianinas, sustancias fuertemente antioxidantes, así como varios grupos de fitoquímicos valiosos, proantocianidinas, flavonoles, isoflavonas, flavanonas, estilbenos y ácidos fenólicos.
– Reducen los niveles de LDL (low density protein proteína de baja densidad) debido a su contenido en grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas. De esta manera, se reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebro-vasculares. También ayudan a desarrollar y mantener las células.
Además, las grasas poliinsaturadas también contienen ácidos grasos esenciales que el organismo necesita para la función cerebral. Comerlos puede ayudar a retrasar el deterioro cognitivo relacionado con la edad.
– Son una sólida fuente de fibras. La fibra es importante para muchos aspectos de su salud, como mantener el tracto intestinal funcionando correctamente y ayudar a mantener un peso saludable debido a que dan saciedad.
– Ayudan en el insomnio. Los pistachos: contienen melatonina, una hormona que regula el ciclo del sueño.
– Se presentan activos contra la bacteria Helicobacter pylori que es una especie de bacteria que coloniza el revestimiento del estómago humano.; muchas úlceras pépticas, algunos tipos de gastritis y cáncer de estómago son el resultado de una infección por esta bacteria. La creciente resistencia a múltiples fármacos en Helicobacter pylori, también correlacionada con su capacidad de formación de biopelículas, subraya la necesidad de buscar nuevas estrategias para mejorar la tasa de erradicación.
La investigación de los compuestos naturales se propone a superar la resistencia a los antibióticos capaces de restaurar la eficacia de los fármacos convencionales.
Fue observada la actividad antimicrobiana sinérgica de la oleorresina del pistacho con levofloxacina (un antibiótico de fluoroquinolona de tercera generación utilizado en infecciones bacterianas) contra cepas resistentes, observándose efecto anti-biopelícula.
También se determinó la capacidad antimicrobiana y antivirulenta frente a estreptococos orales (Streptococcus mutans), por su inhibición de la actividad hemolítica y reducción significativa de la formación de biopelículas. Estos hallazgos sugieren su potencial uso en la higiene bucal y prevención de caries dentales.
– Hallazgos sugieren que la cáscara madura del pistacho puede considerarse como una fuente prometedora de agentes antioxidantes y blanqueadores de la piel.
Se determinaron sus efectos antioxidantes e inhibidores sobre la biosíntesis de melanina mediante ensayos in vitro e in vivo. El análisis cromatográfico reveló que la cianidina-3-O-galactósido representa el compuesto principal. El extracto de cáscara de pistacho inhibe eficazmente la actividad mono y difenolasa de la tirosinasa (*).
También, las cáscaras de pistacho poseen actividad antimelanogénica. Estudios mostraron in vitro que extractos metanólicos de la cáscara, poseen efecto sobre el contenido de melanina, la actividad de tirosinasa celular y la citotoxicidad de células anómalas, además de un fuerte efecto antimelanogénico. Los resultados obtenidos sugieren que este extracto puede utilizarse como agente eficaz en el tratamiento de algunos trastornos de hiperpigmentación de la piel como el melanoma.
– Los pistachos pueden ser fuente de probióticos. El interés en la capacidad probiótica de las levaduras ha aumentado en los últimos años, así como su utilización como conservantes de alimentos o piensos. Se han revalorizado sus capacidades como biocontrol frente a microorganismos problemáticos (deterioro o toxigénicos) o como antioxidantes.
Como resultado, ambas capacidades serían deseables para desarrollar un nuevo microorganismo probiótico potencial que podría agregarse a alimentos o piensos para mejorar sus propiedades.
El potencial biotecnológico de las levaduras de frutos secos como el pistacho, no solo para aplicaciones sanitarias sino también industriales, ha sido escasamente estudiado. Las técnicas moleculares permitieron identificar varias especies diferentes de levaduras con potencial probiótico. Se encontró que la mayoría de las cepas resistió las condiciones gastrointestinales y mostró actividad biocontroladora y antioxidante. Las especies encontradas más relevantes fueron Diutina rugosa, Hanseniaspora guilliermondii y Aureobasidium proteae.
– El pistacho posee propiedades cicatrizantes. La cáscara de pistacho se ha utilizado tradicionalmente para el tratamiento de úlcera péptica, hemorroides, heridas bucales y cutáneas.
Se evaluó el potencial de cicatrización de heridas mediante la migración y proliferación de fibroblastos. Además, se estudió la expresión génica de algunos marcadores inflamatorios que están involucrados en el proceso de curación.
El compuesto activo mostró ser el ácido 3-epimasticadienolico. Esta sustancia aumentó significativamente la proliferación y migración de fibroblastos, lo que resultó en una reducción de casi 50% del área herida.
También mostró un fuerte efecto inhibitorio sobre la expresión génica de IL-6 (Interleucina – 6, importante mediador de la respuesta inflamatoria) y TNF-α (factor de necrosis), y un efecto de estimulación sobre la expresión génica de NF-κB (es un complejo proteico que desempeña funciones como factor de transcripción).
– Protegen el sistema nervioso central. Los agentes neuroprotectores son capaces de defender el sistema nervioso central frente a lesiones neuronales agudas o crónicas. Incluso con los avances logrados en las últimas décadas, la mayoría de los medicamentos recetados para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas solo pueden reducir sus síntomas y retrasar su progresión.
Según la investigación de productos naturales, existen plantas medicinales y fitoquímicos potencialmente efectivos para modular las funciones neuronales y proteger contra la neurodegeneración.
Las plantas del género Pistacia también se encuentran entre los valiosos recursos naturales para la investigación en neuroprotección basada en experiencias en la medicina tradicional. Los estudios han respaldado el valor de los compuestos bioactivos de este género para los trastornos del sistema nervioso central como el Alzheimer, el Parkinson, la esclerosis múltiple, la isquemia cerebral, la depresión y la ansiedad, trastornos de comportamiento, de función motora y alteraciones de la memoria, toxicidad neural, isquemia cerebral y convulsiones.
Se evaluaron sus efectos sobre los biomarcadores antioxidantes e inflamatorios, la agregación de β amiloide y la acetilcolinesterasa, así como investigaciones sobre algunas vías celulares.
Junto con los fitonutrientes de las semillas de pistachos, también se han identificado varios fitoquímicos, principalmente terpenos y compuestos fenólicos en diferentes partes de la planta, en particular sus oleorresinas.
– Producen efectos antidiabéticos. Se evaluó el efecto del consumo de pistacho sobre marcadores del metabolismo de la glucosa en prediabéticos y diabéticos tipo 2. Los estudios informaron una disminución de la glucosa en la sangre en ayunas e insulinemia (presencia de insulina en la sangre).
Los polifenoles y carotenoides presentes en los pistachos pueden modular miARN (ARN mitocondrial) específicos, aumentando la sensibilidad a la insulina a través de vías de señalización. Esta modulación puede utilizarse como herramienta para la prevención y el tratamiento de las complicaciones relacionadas con la diabetes.
– El aceite esencial de pistacho posee propiedades antileishmania. La leishmaniasis es una enfermedad infecciosa causada por protozoos parásitos del género Leishmania transmitida por la picadura de insectos de la subfamilia de los flebótomos. Hay tres tipos principales: cutánea, mucocutánea y visceral.
El aceite esencial de P. vera mostró una considerable efectividad in vitro e in vivo contra Leishmania tropica y L. major en comparación con el fármaco de referencia, antimoniato de meglumina (Glucantime®)
Los principales componentes responsables por estos efectos fueron limoneno, α-pineno y α-tujeno (pertenecientes a la clase de los terpenos) . Estos hallazgos también proporcionaron la evidencia científica de que las plantas naturales podrían usarse en la medicina tradicional para la prevención y el tratamiento de la leishmaniasis cutánea.
Estructura química de la tirosinasa
(*) La enzima tirosinasa juega un papel clave en el desarrollo del cáncer de piel, lo que permite utilizar esta enzima como diana molecular terapéutica.
La enzima tirosinasa tiene un papel biológico en el proceso de melanogénesis, siendo responsable de la pigmentación de la piel y de la protección contra los rayos UV del sol. Sin embargo, los cambios en la actividad cinética de esta enzima permiten la formación de trastornos de pigmentación, llamados melasma.
Es una enzima que cataliza la oxidación de monofenoles (actividad monofenolasa) y la posterior oxidación de este producto (difenolasa), monooxidación de monofenol y dioxidacion de difenol.
En el caso de la oxidación del aminoácido tirosina, la producción de melanina por parte de los melanocitos se realiza a partir de la oxidación progresiva del aminoácido tirosina
Fuentes
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ConcienciaEco, 5 beneficios saludables de los pistachos
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