Le conceden el premio Nobel de la Paz al Programa Mundial de Alimentos de la ONU

La malnutrición es un problema colosal

 

CRÓNICA
El comité noruego del Nobel de la Paz ha reconocido este 2020 al Programa Mundial de Alimentos, PMA, con su premio más preciado, quizás también como un reconocimiento añadido a la OMS por su liderazgo en la crisis del covid-19.

Según Berit Reiss-Andersen, del Comité Noruego del Nobel, el coronavirus ha contribuído al aumento de las víctimas de hambre en el mundo. Hasta que no tengamos vacuna médica, “los alimentos son la mejor vacuna contra el caos”, es una cita de la PMA.

La cooperación internacional e interdisciplinar es necesaria para enfrentarse a los retos globales.. Para luchar contra la pobreza, la economía se enfrenta a las 3 íes: ignorancia, ideología e inercia, dicen los también Premios Nobel, Abhijit V- Banerjee y Esther Duflo.

El PMA está considerada como la organización humanitaria más grande del mundo que se ocupa del hambre y la seguridad alimentaria. El año pasado la PMA actuó en 88 países que padecen de inseguridades alimentarias afectando a 100 millones de personas. Entre los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas la “erradicación del hambre” es del que se ocupa el PMA.

¿Hay mil millones de personas hambrientas? Se preguntan en el libro “Repensar la pobreza” de Duflo y Banerjee. Hambre es distinto de Pobreza; sin embargo es casi un sinónimo. En la India, en su parlamento, debaten la ley de Derecho a la Alimentación.

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Tan importante como el hambre es la malnutrición. Hay regiones en el mundo que los pobres gastan el 5% de su presupuesto en azúcar, que es más caro que el cereal en cuanto a fuente de calorías y carece de otro valor nutritivo. En la India, la prensa informa del crecimiento de la obesidad y diabetes a medida que las clases medias-altas se hacen más ricas.

En la FAO explican que en nuestro mundo de hoy somos capaces de alimentar a cada una de las personas que habitan el planeta, al menos en cuanto a disponibilidad de comida. El porcentaje de la población que considera que no tiene suficiente comida ha caído drásticamente. En 1983 era el 17%, en 2004 el 2%, sin embargo, el hambre en América Latina y el Caribe podría afectar a casi 67 millones de personas en 2030 según el informe “el Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo 2020”, SOFI, según las siglas en inglés.

También según la SOFI en la misma región se enfrentan al aumento de la obesidad, un gran problema global de la salud, ya que incrementa el riesgo de enfermedades no transmisibles, tanto en niños como en adultos. El 7,5 por ciento de los menores de 5 años en la región viven con sobrepeso, cifra significativamente mayor que el promedio mundial, de 5,6 por ciento.

América Latina y el Caribe es la que registra el costo más alto para comprar una dieta que cubra las necesidades energéticas mínimas: USD 1,06 por persona al día. Esta cifra es un 34 por ciento más cara que el promedio global.

En los países latinoamericanos el costo de una dieta saludable, es decir una alimentación que aporte todos los nutrientes esenciales y la energía que cada persona necesita para mantenerse sana, también es el más alto del mundo, con un valor promedio de USD 3,98 al día por persona. Dicho valor es 3,3 veces más caro que lo que una persona bajo la línea de pobreza podría gastar en alimentos. Según los ingresos promedio estimados, más de 104 millones de personas no pueden permitirse una dieta saludable. En Guatemala pierden un 16,3% de su PIB a causa de la doble carga de la malnutrición: desnutrición, el sobrepeso y la obesidad.

En los países que no resuelven convenientemente la malnutrición de su población más joven tendrán impactos negativos en el desarrollo intelectual y en la salud de su población adulta. Algunas de estas repercusiones se han mostrado de forma relevante con la crisis de la pandemia del coronavirus en países, regiones o incluso barrios de grandes ciudades. La inversión en buenas políticas de #AlimentaciónSaludable parece oportuna. ¿El legislador debiera ocuparse de ello?

Las hambrunas, dice Amartya Sen no las han causado problemas de disponibilidad de alimentos, sino por fallos institucionales que llevaron a una mala distribución. Es el caso actual producido por los efectos de la pandemia del coronavirus. El hambre aumenta a medida que los casos de la Covid-19 se disparan en América Latina, informan los periódicos.

¿Comemos bien? ¿Las cantidades son las adecuadas?
En la India las familias comen dietas de cerca de 1.400 calorías por persona y día. En dietas de ayuno recomendadas para aquellos que quieren perder peso rápidamente el aporte es de 1.200 calorías. En estas cifras hay pocas diferencias ¿verdad? Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades señalan que un varón norteamericano comió 2.475 calorías al día el año 2000.

La referencia internacional para calificar a alguien como desnutrido; el Índice de Masa Corporal, IMC,  compara peso con altura; tiene unos valores entre 18,5 y 25, a partir de ahí es sobrepeso o obesidad. Según este patrón más del 33% de hombres y mujeres de la India están desnutridos. Las mujeres de Eritrea, Nepal y Bangladesh son las más desnutridas del mundo.

De las mujeres desnutridas tienden a nacer niños más bajos. En la India las cifras son demoledoras, la mitad de los niños menores de cinco años son raquíticos”, según su encuesta Nacional de Salud Familiar.

En la primera infancia la buena alimentación es determinante. Según estudios de Anne Case y Chris Paxson, los adultos, bien alimentados de pequeños son, en promedio, más altos y más listos.

En un programa en Kenia de la ONG Child Support con respecto a la comida dicen que en los hogares podrían consumir fácilmente muchas más calorías y otras sustancias nutritivas si gastasen menos en cereales caros -arroz y trigo- azúcar y comidas preparadas y en cambio, más en verduras de hoja, fruta, legumbres y cereales secundarios.

En muchos países está demostrado que los consumidores menos favorecidos en sus rentas no comen ni más ni mejor cuando crecen sus ingresos; sucumben a las presiones y deseos del marketing alimentario que compite con la #AlimentaciónSaludable. Por razones como ésta aunque seamos optimistas porque disminuye el hambre en los países pobres, los ciudadanos en todo el mundo nos enfrentamos a un problema colosal, la malnutrición.