El Circuito Planeta Agro 2025 presenta
en València un debate sobre agroalimentación,
organizado por Prensa Ibérica y AgroBank

Un debate marcado por la transición ecológica, la presión laboral y la necesidad de modernizar la cadena agroalimentaria

En la imagen, de der. a izq.
Mercedes Iborra, VisualNacer; José Pellicer, BioVegen;
Inma Sanfeliu, Comité de Cítricos; Regina Monsalve, Intereco;
Constanza Rubio ETSIA de la UPV; Alejandro Tena, IVIA;
y Silvia Tomás de Prensa Ibérica

 

Olga García, directora territorial de AgroBank en la Comunitat Valenciana y Región de Murcia; “en el campo estamos en plena transformación”

DEBATE
El Circuito Planeta Agro 2025, organizado por Prensa Ibérica y AgroBank dejó en València un debate vivo sobre el rumbo del sector agroalimentario en un momento en que la presión climática, las nuevas demandas del consumidor y los retos sociales obligan a replantear modelos. Entre las intervenciones, destacó la visión de Regina Monsalve, presidenta de Intereco, cuya aportación ayudó a situar la producción ecológica en un contexto más amplio: el de una transformación cultural y económica que afecta a toda la cadena alimentaria, desde el campo hasta el consumidor final.

La producción ecológica: más que una etiqueta, un modelo de gestión responsable

Monsalve defendió que la producción ecológica debe entenderse como un sistema coherente que vincula sostenibilidad, rigor técnico y responsabilidad empresarial. Subrayó que el mercado europeo exige cada vez más, que los alimentos consumidos se elaboren cumpliendo prácticas respetuosas con la sostenibilidad, con una rigurosa y transparente trazabilidad y con un impacto positivo en la salud humana. Pero también recordó que la sostenibilidad no termina en la explotación agrícola: su impacto se multiplica cuando llega a la restauración y, a través de ella, al consumidor final.

En este punto, destaca el papel estratégico que están adquiriendo las certificaciones de restauración ecológica, un ámbito que permite trasladar los valores del campo —proteger el medio ambiente, proporcionar alimentos sanos y de calidad y promover un sistema agrario sostenible que respete los recursos naturales — directamente a la mesa del consumidor final. El impulso de una restauración que apueste por el producto ecológico y de proximidad, puede (y debe) convertirse en un motor social con capacidad para modificar hábitos de consumo, fortalecer economías locales y contribuir a la mitigación del cambio climático.

Su intervención no solo abordó cuestiones técnicas o normativas; invitó a mirar el ecológico como un puente entre agricultura, mercado y sociedad.

La realidad que preocupa: la escasez de mano de obra

En la misma sesión, la presidenta del Comité de Gestión de Cítricos, Inma Sanfeliu, introdujo un asunto que se ha convertido en un denominador común del sector: la falta de mano de obra, tanto en campo como en almacenes. Sanfeliu explicó que las limitaciones administrativas, la imposibilidad de aplicar algunos modelos de contratación en origen y las dificultades logísticas para alojar temporeros están afectando gravemente a la operatividad de las campañas.

La situación revela una vulnerabilidad creciente del sistema productivo, especialmente en cultivos que requieren una manipulación intensiva y donde el ritmo de trabajo no puede detenerse. De ahí que, según subrayó, la automatización y la robotización ya no respondan a una aspiración tecnológica, sino a una necesidad para garantizar continuidad, eficiencia y competitividad. El diagnóstico mostró que los retos laborales no pueden desvincularse de los desafíos productivos y medioambientales.

Carlos Campos, director de AgroBank en la Comunidad Valenciana y Región de Murcia; “me parece muy acertado el concepto de agricultura de decisión”

Un sector en transición que busca coherencia y alianzas

La convergencia entre sostenibilidad, normativa ecológica, crisis de mano de obra y nuevas sensibilidades del consumidor dibuja un escenario complejo. La jornada reflejó que el futuro del agro no se decidirá únicamente en la producción, sino también en cómo se comunica y cómo se consume.

En ese sentido, la restauración —especialmente aquella que apuesta por productos bajo la  certificación ecológica— se está consolidando como un vehículo clave para trasladar al ciudadano los valores del sector. Su capacidad para fomentar el consumo de proximidad, reducir la huella ambiental asociada al transporte, dignificar la producción agraria y promover hábitos alimentarios saludables convierte a este eslabón en una pieza esencial de la transición alimentaria.

El mensaje final que dejó la sesión fue claro: la transformación de la agroalimentación no depende solo de tecnología o de cumplimiento normativo, sino de alianzas. Alianzas entre investigación y empresa, entre producción y consumo, entre agricultores, administración, distribución y restauración. Porque, al final, la sostenibilidad no se logra en un único punto de la cadena: se construye paso a paso, del campo a la mesa.

Informaciones relacionadas

¿Qué es AgroBank Tech Digital INNovation para agroalimentación?

Buscan startups agroalimentarias para participar en el 2º programa AgroBank Tech Digital INNovation