¿Interesa que se produzca una transición alimentaria hacia la agroecología, como una forma de combatir la crisis climática, la pérdida de diversidad y la despoblación rural?

 

INFORMACIÓN
Los etiquetados del “ecológico”, “orgánico” o del popular BIO están integrados entre los mensajes de las tiendas de alimentación; en la tele y la publicidad. España tiene casi la 5ª parte de los cultivos certificados (2,6 millones) como de “agricultura orgánica” en Europa y ocupamos el 10º lugar entre los países con una agricultura ecológica. La mitad de la producción ecológica española está en Andalucía.

Ecovalia, la asociación de la producción ecológica de nuestro país, ha publicado su informe anual – AQUÍ – en el cual destacan que el mercado mundial de los ecológicos es de 134.760 millones de €. Mientras en Suiza y Dinamarca el gasto en este tipo de alimentos es de aproximadamente 400 € por habitante en España es de 64 €.

Sello Agricultura Ecológica en España

La visión de la Comisión Europea sobre la agricultura y la alimentación, incluye menciones a la producción ecológica. La producción ecológica tiene un impacto directo en la calidad del agua, el suelo y el aire. Gobiernos regionales en Francia y Alemania ya incentivan a los agricultores para eliminar el uso de pesticidas y fertilizantes químicos en sus tierras para evitar la contaminación de acuíferos. Esta visión está inspirada en el documento Diálogo Estratégico sobre el Futuro de la Agricultura de la UE (Bruselas, 09/2024), desarrollado por representantes de toda la cadena agroalimentaria europea, la investigación, organizaciones ambientalistas, consumidores y el propio sector ecológico.

En la Unión Europea, y como parte de su estrategia Del huerto a la mesa, hay un compromiso de aumentar la producción orgánica con el fin de que el 25% de todas las tierras agrícolas se usen para la agricultura orgánica para el año 2030.

Etiquetas y certificados de calidad de los ecológicos

En España, quien controla este tipo de alimentos son las comunidades autónomas, que están amparadas por la Comisión Reguladora de Agricultura Ecológica (CRAE), que está adscrita a su vez al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, y también comprende y engloba los tres conceptos en el mismo paraguas de lo ecológico, como indica en este caso el Real Decreto 1852/1993.

La feria BIOCULTURA -cumple 40 años- en España y es un motor del sector ecológico. Desde hace un tiempo el grupo editorial que sostiene este certamen mira hacia la hostelería, los chefs y la restauración colectiva. La agricultura del orgánico español necesita dar pasos de gigante en los aspectos de aumentar el consumo interno, su gran asignatura pendiente.

La restauración colectiva puede ser un motor para la introducción de alimentos con etiquetas BIO en los hábitos alimentarios de los espñolaes. Ángeles Parra, directora de BioCultura, señala que “en España somos unos grandes productores de alimentos ecológicos. Sin embargo, nuestra asignatura pendiente es la restauración colectiva y el consumo interno”.

Desde Vida Sana, BioCultura y desde la agroalimentación certificada como BIO los productores llevan años “presionando para que se produzca una transición alimentaria hacia la agroecología, que es la mejor forma de combatir la crisis climática, la pérdida de diversidad y la despoblación rural”, dice esta popular editorial.

En algunas regiones europeas existen acuerdos administrativos para garantizar que los comedores de las instituciones educativas utilicen en mayor medida ingredientes locales y orgánicos. Los municipios podrían convertirse en prescriptores especialistas de los alimentos con etiquetas de BIO y/o LOCAL con adquisiciones y proposiciones a las empresas de catering para discutir borradores de menús.

El objetivo del acuerdos de este tipo es garantizar que los niños y estudiantes coman diariamente alimentos saludables proporcionados por productores locales y orgánicos. Los promotores de estas directrices creen importante hacer menús con alimentos que no solo proporcionen suficiente energía, sino que también sean saludables y respalden la capacidad de los niños para aprender. Hay que garantizar que los ingredientes saludables y producidos de manera sostenible constituyan al menos el 50% de las materias primas utilizadas en la preparación de comidas para niños en comedores escolares y también en jardines de infancia, aseguran los promotores de estas iniciativas.

Informaciones relacionadas

Etiquetas BIO y LOCAL en los supermercados europeos

Modelos de alimentación alternativos, las iniciativas de los BIO y LOCAL

Toda la cadena debe responsabilizarse por el coste de la transición agroecológica