Visto hace unos años como un alimento ideal, la soja en nuestra dieta puede no ser tan ventajosa cuando se la consume exageradamente

 

Por Beatriz Riverón,
Bioquímico Farmacéutica

 

INFORMACIÓN
La soja (Glycine max Merr. familia Fabaceae) es una leguminosa de origen chino, con aproximadamente 2.500 variedades.

Aunque sus propiedades funcionales y nutricionales traen beneficios a las personas, y su productividad es alta, los pueblos occidentales aún no consumen mucho esta leguminosa, debido a algunos factores, como el olor y sabor desagradables y la flatulencia provocada por la fermentación intestinal de los oligosacáridos presentes en su composición. El interés por sustitutos vegetales de la leche ha hecho de la “leche” de soja un producto habitual en las estanterías y más recientemente, también del edamame, vainas de soja que se comercializan congeladas, y se consumen hervidas y saladas.

El edamame, el snack de moda, no para de crecer

La soja es vista como un alimento prácticamente completo, ya que aporta una gran cantidad de macro y micronutrientes necesarios para el ser humano; su composición varía en función de las características del suelo en el que se realizó el cultivo, el clima, la época de cosecha y almacenamiento.

Es muy utilizada por sus productos derivados y / o industrializados, aunque también se consume en forma de grano. Puede considerarse una fuente muy rica en proteínas, aunque al igual que otras leguminosas, tiene un bajo contenido de aminoácidos azufrados como metionina (aminoácido esencial, que nuestro organismo no sintetiza y debe provenir necesariamente de la dieta).

Además de no contener colesterol como todos los aceites vegetales, el aceite de soja es muy digerible y contiene grasas saturadas, mono y poliinsaturadas como omega-3.

La soja contiene muchos minerales, pero el ácido fítico, el cual se asocia con proteínas, puede dificultar la absorción de nutrientes, como calcio, hierro y zinc. También contiene en su composición vitaminas del grupo B, entre ellas riboflavonas y niacina, siendo bajo el tenor de vitamina B12, además de dificultada su absorción. Esta legumbre también posee vitaminas A y E liposolubles, siendo extraídas de la soja junto con el aceite, siendo sobre todo la vitamina E, de gran importancia por su acción antioxidante.

 

¿Qué son Fitoestrógenos?

La mayoría de las hortalizas es capaz de producir diversas sustancias que ejercen alguna función en el organismo, entre las que se encuentran las quimiopreventivas y hormonales.

Estructura química del estradiol

En los últimos tiempos se han descubierto más de 300 plantas con estas actividades y se han evidenciado algunos fitoestrógenos como las isoflavonas (genisteína y daidzeína), lignanos (enterodiol y enterolactona) y cumestanos (cumestrol).

Las isoflavonas son las más encontradas, especialmente en productos derivados de la soja, así como en guisantes, lentejas y judías. Los lignanos, por su parte, constituyen la pared celular de muchas plantas y se pueden encontrar en cereales, legumbres, hortalizas, semillas y, en concentraciones más altas, en granos con mayor contenido de aceite, por ejemplo, linaza. Otro fitoestrógeno importante es el cumestano, que se encuentra en los brotes de frijol, alfalfa y soja. Existe gran similitud química en relación a la estructura entre los fitoestrógenos y el estradiol.

 

Isoflavonas, compuestos abundantes en la soja

Estructura general de un flavonoide

Las isoflavonas son compuestos orgánicos naturales (metabolitos secundarios) de origen vegetal que no se encuentran ampliamente distribuidos en la naturaleza. Sí, están presentes principalmente en la familia Fabaceae, siendo abundantes en la soja y sus derivados.

Estos compuestos pertenecen a la clase de los flavonoides y pueden encontrarse tanto en forma de aglicona como en forma glicosilada, cuando tiene unida un azúcar. La forma glicosilada se encuentra naturalmente en las semillas y en la harina de soja. Los derivados acetilados y las agliclonas se forman durante el procesamiento industrial de la soja o durante su metabolismo en el organismo. El aislado de proteína de soja tiene niveles más altos de formas de aglicona. La genisteína es la isoflavona más común en la naturaleza.

Por esto, se ha prestado especial atención a las isoflavonas presentes en la soja, debido a su presuntivo papel en la prevención del cáncer, sobre todo de mama, y de la osteoporosis, puesto que, en los países asiáticos, donde hay un mayor consumo de soja, existe una menor prevalencia de estas enfermedades, por lo que se ha inferido que una dieta a base de esta leguminosa puede ayudar en su control.

 

Isoflavonas de soja durante la menopausia

Como ya se sabe, la producción de estrógenos ocurre en el ovario, siendo importante para el mantenimiento del sistema reproductivo sano de la mujer. La menopausia ocurre cuando hay una disminución en la producción de esta hormona, provocando síntomas específicos, como sofocos.

Para disminuir los síntomas de la menopausia, se ha utilizado ampliamente la terapia de reemplazo hormonal (TRH) con estrógenos. Ese tratamiento tiene otros beneficios para las mujeres además del alivio de los síntomas climatéricos, como la mejora de la atrofia urogenital y la prevención de la osteoporosis. Sin embargo, este método también tiene aspectos negativos, como el riesgo de neoplasias hormono-dependientes y algunos síntomas relativos, como mastalgia, aumento de peso y cambios en relación a los lípidos, como un aumento de LDL (lipoproteínas de baja densidad).

Por estos motivos, crece el interés en la búsqueda de terapias alternativas para aliviar los síntomas menopáusicos con los mismos beneficios que aporta la TRH, pero sin contraindicaciones ni efectos secundarios.

Se consideró, que debido a su semejanza estructural con los estrógenos, las isoflavonas podrían disminuir los síntomas de la menopausia, tanto en intensidad como en frecuencia.

Los fitoestrógenos así como los estrógenos sintéticos, estarían actuando en los centros termorreguladores del hipotálamo, siendo esta la posible explicación de la disminución de los síntomas vasomotores.

La ingesta de isoflavonas por parte de las mujeres menopáusicas no elimina las ondas de calor, pero reduce su intensidad en función de la cantidad ingerida.

En cuanto a los síntomas dermatológicos, como la piel seca y fina, la acción antioxidante de las isoflavonas ha traído beneficios, reduciendo la acción de los radicales libres e inhibiendo el daño causado por los rayos ultravioleta.

Existe mucha controversia sobre el uso de la soja y sus beneficios para la salud. Además, el número de casos estudiados es aún reducido y de duración insuficiente, lo que dificulta el diagnóstico concreto y el valor diario recomendado.

 

¿Recomendar o no, isoflavonas de soja a mujeres menopáusicas?

El impacto clínico del uso de isoflavonas revela resultados contradictorios. Así, en relación a las mamas, estudios científicos encontraron que las isoflavonas proporcionan efectos antiestrogénicos, mientras que otros, mostraron un mayor riesgo de hiperplasia uterina en usuarias a largo plazo.

Entonces, ante estos hechos, como la evidencia sobre la prescripción de isoflavonas carece de estudios con una fundamentación adecuada, la American Heart Association (AHA) publicó en 2006 aclaraciones sobre las repercusiones de las isoflavonas de soja en la salud cardiovascular, así como otros efectos clínicos, basado en la evaluación de estudios aleatorizados, destacando los siguientes resultados:

– El impacto fue adecuado para las HDL (lipoproteínas de alta densidad), las LDL (lipoproteínas de baja densidad), los triglicéridos y la presión arterial.

– Sin mejoría de los síntomas vasomotores de la menopausia.

– Los resultados fueron incoherentes con respecto a la pérdida de masa ósea después de la menopausia; no se estableció la eficacia y seguridad en la prevención o en el tratamiento de los cánceres de mama y endometrio.

-Con respecto a los eventos adversos, AHA expresó gran cautela.

Estos destaques de la AHA deben servir como advertencia en la prescripción o consumo, además de evitar el incentivo, hasta no esclarecer el impacto clínico real de las isoflavonas de soja.

 

Fuentes
Ludmila Křížová , Kateřina Dadáková , Jitka Kašparovská , Tomáš Kašparovský
Isoflavones Molecules 24(6):1076, 2019.

Daniela Cristina Vitale , Cateno Piazza, Barbara Melilli, Filippo Drago, Salvatore Salomone
Isoflavones: estrogenic activity, biological effect and bioavailability
Eur J Drug Metab Pharmacokinet 38(1):15-25, 2013.

Luiz Flávio C. Fernandes, Ana Paula S. Aldrighi, José M. Aldrighi, Rosane Cardoso Consoni, Angela Martinha Bongiolo
Efeitos das isoflavonas de soja no período de climatério
Rev. Assoc. Med. Bras. 52(3), 2006.

Tuasaude.com/isoflavona   /   Sbemsp.org.br   /  pt.wikipedia.org/wiki/Isoflavona   /  Imágenes: Infoescola.com y Wikipedia

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