Para quienes disfrutan de un sabor suavemente dulce con un toque de acidez, no hay fruta que supere al mangostán
El mangostán, fruta exótica cuyo consumo frecuente ofrece diversos beneficios a la salud debido a su composición en compuestos bioactivos
Beatriz Riverón, Bioquímico farmacéutica
Mientras que algunas frutas ganan el estatus de conocidas por ser más accesíbles, como por ejemplo el plátano, la manzana, la naranja y la uva, otras son menos populares, y conquistan una comunidad de aficcionados por presentar un sabor único. Es el caso del mangostán, también llamado de mangostim (Garcinia mangostana L. família Clusiaceae).
Su escasa vida poscosecha hace que sea poco frecuente en mercados de zonas templadas, y si está presente, es cara y su calidad difícilmente la que se encuentra en los países de origen.
Originaria del Sudeste Asiático tropical (principalmente Tailandia y Malasia), también abarca la mayor parte de las islas de Indonesia y China. La fruta llegó a Brasil en la década de 1940, cultivándose inicialmente en Pará. Actualmente se cultiva también en la costa de Bahía y en el oeste del estado de São Paulo. También se introdujo en Panamá y Honduras.
El fruto es esférico, de color rojo a marrón oscuro, con manchas amarillas, de piel gruesa y pulpa suave y jugosa con un sabor delicado y distintivo. Encierra una sola semilla oleosa de textura suave y firme.
El mangostán en la dieta
Fuente de vitamina C y magnesio, esta fruta tiene propiedades capaces de reducir la presión arterial y ayudar a controlar la glicemia.
El consumo frecuente de esta fruta puede ofrecer diversos beneficios al funcionamiento del organismo por sus numerosos compuestos bioactivos que contribuyen también con la mejora de la inmunidad y la salud intestinal.
Sustancias, como las xantonas (compuestos carbonílicos que consisten en un heterociclo de xanteno oxidado en la posición 9), flavonoides y taninos, ofrecen acción antiinflamatoria. Esses compostos têm o poder de inibir citocinas pró-inflamatórias modulando la respuesta inflamatória.
Las fibras solubles, retardan la absorção de carbohidratos y ayudan en el control pós-prandial de la a glicose. Algunos estudios indican que las xantonas do mangostim auxiliam en la sensibilidad a la insulina, lo que favorecen la disminución de la glicemia.
Componentes nutricionales
- Las frutas del mangostán poseen los minerales hierro, potasio y magnesio, los cuales previenen la anemia, ayudan a regular la presión arterial y la función muscular. Además de preservar la salud ósea y el metabolismo energético.
- Son ricas en vitamina C, que ayuda a mejorar el sistema inmunitario y la absorción de hierro. También tiene propiedades antioxidantes.
- Abundantes en fibras, que promueven la saciedad, mejoran el tránsito intestinal y ayudan al control de la glucemia.
- Contienen xantonas, con propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antimicrobianas.
- Poseen folato o ácido fólico (vitamina B9) que favorece la salud cognitiva.
En los países asiáticos, el mangostán es ampliamente venerado tanto por su sabor como por su valor medicinal en la medicina tradicional.
Fitoquímicos farmacológicos importantes
- Las xantonas, presentan importantes actividades anticancerígenas y antitumorales, específicamente mediante la promoción de la apoptosis, la focalización de proteínas específicas relacionadas con el cáncer o la modulación de las vías de señalización celular.
- La α-mangostina, la xantona más abundante aislada del mangostán, ha recibido considerable atención al haber demostrado ser un potente fitoquímico, específicamente como agente anticancerígeno, en numerosos estudios sobre células cancerosas y modelos animales de cáncer. Si bien los mecanismos de estos efectos anticancerígenos se han reportado en numerosos estudios, las xantonas menores, incluyendo la gartanina, la β-mangostina, la γ-mangostina, la garcinona C y la garcinona E, y los extractos del pericarpio de mangostim, las raíces, la cáscara y el tallo, muestran resultados prometedores en cuanto a su actividad anticancerígena.
- El extracto de magnostán es útil en la prevención y mejora de enfermedades metabólicas relacionadas con los triacilgliceroles (grasas), como la obesidad y el hígado graso.
- Las xantonas del mangostán como la α-mangostina han demostrado en estudios experimentales, efectos antiobesidad, antidislipidémicos, antidiabéticos, antihipertensivos, antiarteriosclerosis y antiinflamatorios. El síndrome metabólico es la coexistencia de obesidad abdominal, hiperglucemia, hiperlipidemia e hipertensión que causa enfermedades cardiovasculares, diabetes y sus complicaciones, con la consecuente baja calidad y corta esperanza de vida.
- Las xantonas isopreniladas, han sido consideradas una clase de metabolitos secundarios con múltiples efectos biológicos como antioxidantes, proapoptóticos, antiproliferativos, antinociceptivos, antiinflamatorios, neuroprotectores, hipoglucemiantes y antiobesidad. La diversidad de acciones que presentan las xantonas del mangostán demuestra que estos compuestos actúan sobre múltiples vías de señalización implicadas en diferentes patologías, lo que las convierte en fuentes valiosas para el desarrollo de nuevos fármacos para el tratamiento de enfermedades crónicas y degenerativas en humanos.
- Actividad antimicrobiana. La α-mangostina derivada del magnostán inhibe el desarrollo de diferentes microorganismos. Se utiliza en el tratamiento de infecciones cutáneas y heridas. Otras aplicaciones incluyen el tratamiento de diversas afecciones como la disentería, diversos trastornos urinarios, la cistitis y la gonorrea.
Fuentes
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