El albaricoque aúna a sus muchos beneficios -ligero, nutritivo y muy saludable- un agradable sabor fácil de combinar, asegurándole un espacio en las mejores creaciones gastronómicas
La versatilidad del albaricoque es una de sus principales características. Ya sea en gelatinas, jugos, ensaladas, ingerido seco o en su forma natural, armoniza con casi todo lo que endulza nuestro paladar
Beatriz Riverón,
Bioquímico farmacéutica
El albaricoque (Prunus armeniaca familia Rosaceae), tiene origen aún algo incierto; algunos investigadores afirman ser de Armenia (por su nombre), pero la gran mayoría considera que se originó en Siberia y China, aunque su ubicación dentro de China es totalmente controvertida.
Es una fruta muy vieja con un registro de más de 5000 años y todavía se especula que las manzanas de los Jardines del Edén eran en realidad albaricoques. Se lo llevó a Oriente Medio, donde se convirtió en el punto de producción más grande del mundo.
La fruta de albaricoque es una drupa, con un característico surco mediano, amarilla o anaranjada, con una pulpa carnosa y jugosa, comestible al natural o como fruto seco, y en jaleas y mermeladas.
Riqueza en nutrientes del albaricoque
La forma seca es la que se concentra más sus propiedades nutricionales. Además de la mayor concentración de nutrientes, también tenemos un aumento en la cantidad de calorías, lo que conduce a un consumo moderado. De cualquier manera, es una fruta rica en carotenoides, especialmente betacaroteno y licopeno que junto con la vitamina C son potentes antioxidantes; también contiene vitamina A y fibra soluble como pectina. Posee vitaminas K, B3, B9 y B5, y minerales como hierro, magnesio, calcio, potasio y fósforo.
El albaricoque aporta muchos beneficios para la salud
– En los albaricoques frescos se encuentra mayor concentración de vitamina C que en los secos, ya que esta vitamina se pierde al oxidarse por la exposición al aire y al calor. Sin embargo, cuando se los cocina, el organismo absorbe mejor otros nutrientes como el betacaroteno, el licopeno (antioxidante, importante en la prevención del cáncer de próstata y de mama), además de reducir los niveles de LDL (low density lipoprotein), lipoproteínas de baja densidad, que transportan moléculas de colesterol desde el hígado hacia las arterias, y pectina, fibra soluble que también reduce los niveles de LDL que se asocian con la obstrucción de las arterias, disminuyendo el riesgo de enfermedad cardiovascular y ayudando a mantener los niveles de glucosa en sangre.
– Rico en fibras, colabora en la digestión, es diurético y laxante.
– También contiene potasio, un mineral que previene la hiperpresión arterial y es importante para mantener músculos y nervios saludables además de la homeostasis electrolítica.
– De las semillas de albaricoque se pueden extraer aceites esenciales que tienen propiedades antioxidantes e hidratantes, siendo excelentes para la piel ayudando a aliviar los síntomas de enfermedades como el eccema y la sarna, y también dietéticas por contener ácidos grasos como el oleico, linoleico, palmítico, esteárico, linolénico y palmitoleico además de tocoferoles α, γ y δ, así como esteroles y escualeno.
– Salud del corazón: el betacaroteno previene las enfermedades cardiovasculares por reducir significativamente la oxidación lipídica.
–Salud del colon: esencial para ésta y excelente para la digestión su elevado contenido de fibras
– Salud ocular: científicos afirman que comer tres o más porciones de fruta al día puede ayudar a prevenir enfermedades oculares relacionadas con la edad, como la degeneración macular, debido a su tenor en vitamina A.
– Salud de la sangre: con una buena cantidad de hierro y cobre, el albaricoque puede prevenir la anemia.
– Mantención de la energía y de la fuerza ósea: El albaricoque seco es rico en calcio, fósforo y potasio.
– Importantes antioxidante: Las frutas son ricas en compuestos fenólicos.
– Actividad antileishmanial: El extracto de sus hojas se ha mostrado de gran importancia medicinal en el tratamiento de esta enfermedad debido a la presencia de compuestos derivados de alcanos, aldehídos, ácido carboxílico, tioles, alquinos y carbonilos (la leishmaniasis es una enfermedad infecciosa causada por protozoos parásitos del género Leishmania transmitida por la picadura de insectos de la subfamilia de flebótomos).
– Prevención del cáncer: las neoplasias malignas colorrectales son una de las principales causas de muerte en hombres y mujeres en el mundo desarrollado y la incidencia ha aumentado notablemente recientemente.
Los estudios han destacado los efectos beneficiosos de la amigdalina, un glucósido cianogénico que se encuentra tanto en las semillas de melocotón como de albaricoque, por su capacidad para suprimir el desarrollo del cáncer de colon por lo que esta sustancia puede contribuir al desarrollo de terapias dietéticas contra el cáncer. Inclusive, se le han atribuido propiedades inductoras de apoptosis (muerte celular programada) frente a diferentes cánceres y su posible aplicación como agente antitumoral en el tratamiento de esta enfermedad.
Observación
En Europa (y también en otros países) está limitado el nivel de glucósidos cianogénicos en los huesos de albaricoque desde 2017 . Esta medida está basada en la opinión de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria de abril de 2016. La ingestión de amigdalina libera cianuro (-CN) en el organismo, que puede causar intoxicación grave.
La amigdalina en ocasiones se confunde con el laevomandelonitrilo (para abreviar, también conocido como laetrile o laetrilo), pero es importante destacar que la amigdalina y este compuesto son diferentes químicamente.
El laetril es una molécula semisintética que comparte parte de su estructura con la amigdalina. Existen investigadores que afirman que el laetrilo destruye las células cancerosas sin efectos secundarios. Sin embargo, para otros autores ni la amigdalina ni el laetrilo demuestran evidencias científicas de que sean eficaces en el tratamiento de algún tipo de cáncer.
Fuentes
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Imágenes: Semagro.ms.gov.br. Beneficios-do-damasco. 15/07/2021
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