El sector de la producción agraria ecológica ha reafirmado su trascendencia en las últimas semanas con dos conmemoraciones esenciales: el 23 de septiembre, Día Europeo de la Producción Ecológica en la Unión Europea, y el 16 de octubre, Día Mundial de la Alimentación. Ambos hitos realzan el papel estratégico de la agroecología como recordatorio del equilibrio crucial entre la agricultura, el medio ambiente y la seguridad alimentaria global.

 

De la agroecología a la producción agraria ecológica en la Unión Europea: Contexto histórico

Agroecología: Concepto, evolución y principios

La agroecología es un concepto de naturaleza polisémica, ya que se utiliza para referirse a una ciencia y un paradigma de la agricultura en búsqueda de la sostenibilidad:

  • A principios del siglo XX, el agrónomo Dr. Karl Klages, acuñó por primera vez el término agroecología al fusionar las ciencias agronómicas (la práctica de la agricultura) y las ciencias ecológicas (el estudio de las interrelaciones entre los seres vivos y su medio). Inicialmente, el enfoque se limitaba al estudio de los fenómenos ecológicos dentro de los campos de cultivo.
  • A lo largo del siglo XX, esta disciplina se enriqueció con la incorporación de otras ramas como la meteorología, las ciencias del suelo y la entomología. Esta convergencia buscaba fortalecer el concepto y gestionar los sistemas agrícolas con menor uso de insumos externos.
  • En el último tercio del siglo XX, con una visión holística e integradora la agroecología expande sus horizontes para incluir disciplinas socioculturales y económicas, trascendiendo el mero componente técnico.

La agroecología se establece como una ciencia aplicada a los agroecosistemas con una visión holística, que abarca desde el agroecosistema hasta la economía, la sociedad y la cultura, buscando el equilibrio de la producción agraria con el mínimo impacto ambiental.

 

De la teoría a la acción: La agroecología como eje estratégico de la FAO y la OMS por la sostenibilidad

Esta visión holística de la agroecología no es un mero ejercicio teórico, sino el cimiento de un mandato de gobernanza global orquestado por las principales instituciones internacionales, lo que subraya su creciente relevancia profesional.

La Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), por ejemplo, sitúa la agroecología estratégicamente en el centro de su misión, proveyendo las herramientas y evidencias necesarias para aumentar la productividad al tiempo que se protegen los recursos naturales.

En este sentido la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece cierto vínculo entre las prácticas agroecológicas con el Objetivo de Desarrollo Sostenible o ODS 3 (Salud y Bienestar), al entender que este enfoque es fundamental para la mejora de la calidad y la resiliencia de los sistemas alimentarios, garantizando una producción que mitigue riesgos y promueva la estabilidad a largo plazo. De este modo, la agroecología se revela como una llave maestra que impulsa simultáneamente la eficiencia en el uso de recursos bajo el ODS 12 (Producción y Consumo Responsables). Además, contribuye activamente a la mitigación y adaptación climática, ligándose de forma directa al ODS 13 (Acción por el Clima). En este sentido, estas prácticas agrícolas son cruciales porque favorecen la captura de carbono en el suelo, alineándose con la necesidad urgente de medidas transformadoras e inmediatas para evitar las consecuencias catastróficas del cambio climático.

 

“Viaje a Ítaca”: El Gran Pacto Verde Europeo y la transformación de los sistemas alimentarios de la UE

La Unión Europea ha elevado la agroecología de una base ética a una estrategia política central. El vehículo para esta transformación es el Pacto Verde Europeo (European Green Deal). Lanzado por la Comisión Europea el 11 de diciembre de 2019, este Pacto representa la nueva y ambiciosa hoja de ruta de la Unión para un crecimiento sostenible. Su objetivo no es menor: que el continente se convierta en la primera región climáticamente neutra para el año 2050.

Este compromiso se concibe como una senda ineludible hacia una recuperación verde y sostenible, respaldada por vastos recursos financieros, como los provenientes del mecanismo de recuperación y resiliencia. De esta visión estratégica nace la estrategia “de la granja a la mesa”, un ambicioso “viaje a Ítaca” que persigue una transformación total de los sistemas alimentarios.

Esta estrategia traduce la ambición en acciones concretas y transformadoras con fecha límite en 2030. La misión exige reducir a la mitad el uso y el riesgo de los plaguicidas químicos y, simultáneamente, reducir el uso de fertilizantes en al menos un 20%. Dentro de este mandato, la UE consagra el fomento de la producción agraria ecológica como el motor clave de toda la transición.

Regulación de la producción agraria ecológica para el sector hortofructícola en la UE

La actual regulación de la Unión Europea sobre producción ecológica, articulada en el Reglamento (UE) 2018/848, se erige como el pilar legal que institucionaliza el enfoque agroecológico en el mercado, delineando los principios irrenunciables que deben guiar la praxis de cada operador en el sector hortofrutícola.

El espíritu de esta normativa es un compromiso férreo con la protección del entorno y el respeto inmutable de los ciclos vegetales. De facto, el Reglamento exige que la producción de frutas y hortalizas no solo mantenga, sino que mejore la salud del suelo, el agua y el aire, priorizando la fertilidad biológica del terreno.

En la esfera de la calidad y la inocuidad, la legislación impone una exclusión taxativa del uso de organismos modificados genéticamente (OMG) y de la radiación ionizante. Además, establece una serie de restricciones importantes en el de uso de plaguicidas y fertilizantes sintéticos, permitiéndose el uso de determinados insumos cuando las alternativas preventivas o biológicas se muestren inapropiadas para garantizar la sanidad vegetal.

Así, el Reglamento (UE) 2018/848 convierte la mera aspiración de sostenibilidad en una obligación productiva y económica inaplazable en el seno de la UE, asegurando la integridad de los productos hortofrutícolas.

¿Se logrará el cumplimiento de los objetivos propuestos?

Los resultados de este viaje muestran avances lentos y desiguales en varios estados miembros, lo que subraya la complejidad del reto y la urgencia de redoblar los esfuerzos para alcanzar las metas marcadas. Un desafío cuya complejidad queda patente al examinar las estadísticas de consumo en el mercado nacional, europeo y global:

Estadísticas del mercado español sobre el consumo de la producción agraria ecológica

El análisis del gráfico sobre la cuota de mercado minorista de productos ecológicos en España (2013-2023) muestra una realidad de avance estancado. Si bien la tendencia es innegablemente ascendente y confirma que el consumo ecológico ha trascendido el mero nicho, el crecimiento ha chocado con un techo de cristal, estabilizándose en torno al 2.7% de la cuota de mercado.

Gráfico obtenido a partir de los datos procedentes del Instituto de Investigación de Agricultura Orgánica (FiBL) y IFOAM – Organics International

Esta cifra, aunque refleja una consolidación, subraya una severa disparidad frente a los mercados maduros del norte de Europa, donde la penetración supera el 10%.

 

Estadísticas del mercado europeo sobre el consumo de la producción agraria ecológica

El panorama del mercado minorista de productos ecológicos en Europa presenta una fuerte dicotomía geoestratégica. El mercado se divide claramente entre aquellos países que lideran por volumen absoluto y aquellos que lo hacen por penetración real. Por un lado, Alemania y Francia concentran la inmensa mayoría de las ventas en términos monetarios, dominando más del 55% del volumen total.
Por otro lado, la madurez del consumidor se mide por la cuota de mercado, un indicador donde Dinamarca y Suiza superan holgadamente el 11%. Esta brecha es crucial: subraya la diferencia entre un mercado grande y un mercado maduro.

En este contexto, el raquitismo de la cuota española (2.7%) es especialmente revelador, señalando que el principal reto del sector ya no es la capacidad productiva, sino la gestión crítica de la cadena de valor y el retail para armonizar su consumo interno con los patrones de sostenibilidad exigidos por la Unión Europea:

Gráfico obtenido a partir de los datos procedentes del Instituto de Investigación de Agricultura Orgánica (FiBL) y IFOAM – Organics International

Estadísticas a nivel mundial sobre el consumo de la producción agraria ecológica

El análisis de las estadísticas mundiales de consumo subraya la realidad geopolítica y el imperativo económico que rige la producción ecológica a escala global.
El mercado se define por una concentración hegemónica de la demanda en las economías con un PIB más elevado. Estados Unidos y Europa se consolidan como los dos grandes bloques consumidores, absorbiendo la inmensa mayoría de las ventas minoristas globales. Sin menospreciar los datos de China, en diez años multiplica por seis el consumo de estos productos.
Estados Unidos es el líder indiscutible en ventas absolutas, lo que establece un precedente de mercado de alto valor y, consecuentemente, impone a los productores la obligatoriedad de adherirse a certificaciones y normativas de máximo rigor para acceder a estas cadenas de suministro.

La tendencia global demuestra que la producción ecológica ha superado la fase de nicho para convertirse en una corriente principal de consumo masivo, confirmando que la formación técnica y el dominio normativo son un requisito profesional ineludible para cualquier operador que aspire a competir en el escenario internacional.

Gráfico obtenido a partir de los datos procedentes del Instituto de Investigación de Agricultura Orgánica (FiBL) y IFOAM – Organics International

 

Fuentes

Amorim, F. R. de, Patiño, M. T. O., & de Abreu, P. H. C. (2017, julio). La génesis y búsqueda de un concepto único de la agroecología. DELOS Desarrollo Local Sostenible.

García Bartolomé, J. M. (2001). Reseña de “Introducción a la agroecología como desarrollo rural sostenible” de G. Guzmán Casado, M. González de Molina y E. Sevilla Guzmán. Reis. Revista Española de Investigaciones Sociológicas, (95), 213–217.

Naciones Unidas. (s. f.). Objetivo 12: Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles. Desarrollo Sostenible. Recuperado de https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/sustainable-consumption-production/

Naciones Unidas. Objetivo 13: Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos. Desarrollo Sostenible. Recuperado de https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/climate-change-2/

Parlamento Europeo y Consejo de la Unión Europea. (2018, 14 de junio). Reglamento (UE) 2018/848 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 30 de mayo de 2018, sobre producción ecológica y etiquetado de los productos ecológicos y por el que se deroga el Reglamento (CE) n.º 834/2007 del Consejo. Diario Oficial de la Unión Europea, L 150, 1–91.

Ramos Florido, J. M. (2022, 26 de abril). El Pacto Verde Europeo, su desarrollo y la financiación europea, especial referencia al Mecanismo de Recuperación y Resiliencia. 50ª Reunión Plenaria, Red de Autoridades Ambientales, España.