A través de una plataforma on line los pequeños agricultores pueden organizarse en cooperativas y centros logísticos para distribuir a la demanda hacia grandes clientes, colegios, hospitales o cadenas de restaurantes

Con iniciativas como Plant on Demand se promueve modelos de producción y consumo sostenibles

 

INFOMERCIAL
En los últimos años, los pequeños productores ecológicos del sector agroalimentario han utilizado la tecnología para llegar al consumidor final. Sin embargo, les resultaba más difícil acceder a otros clientes de mayor tamaño como colegios, hospitales o restaurantes. Esto es justo lo que resuelve la empresa social Plant on Demand, una solución que permite a estos pequeños productores digitalizar su negocio y asociarse en cooperativas y hubs (centros logísticos y de acopio) para poder satisfacer la demanda de grandes clientes de forma regular.

La empresa social pretende empoderar a los pequeños productores, promover una vida digna en el medio rural e impulsar la transición ecológica a través de la transformación digital.

La compañía, fundada en 2019 por siete amigos con vocación de crear un mundo más justo y ecológico, nace con el objetivo de impulsar nuevos modelos de producción y consumo más sostenibles y éticos. Su solución ofrece un soporte tecnológico a miles de pequeños productores ecológicos para que puedan optimizar su cadena de valor, ser más eficientes, acceder a nuevos mercados y mejorar la rentabilidad de su negocio. El fin último es empoderar a agricultores y ganaderos, promover una vida digna en el medio rural e impulsar la transición ecológica a través de la transformación digital.

Para ello, la empresa social ha desarrollado una plataforma tecnológica para la digitalización de iniciativas agroecológicas en la modalidad de pago por uso (SaaS). Su tecnología permite, por un lado, que estos pequeños productores ecológicos independientes puedan digitalizar la gestión de su negocio con herramientas de e-commerce, facturación, gestión de pagos, trazabilidad, gestión logística y picking. Y por otro, que puedan agruparse en food hubs (centros logísticos), cooperativas y marketplaces, coordinándose entre ellos para ofrecer una venta conjunta de productos con la que poder llegar a nuevos perfiles de clientes.

“Queremos dar autonomía a estos pequeños productores para que puedan ser autosuficientes. Con nuestra tecnología pueden dar la vuelta a los actuales sistemas productivos y canales de distribución, pero para ello han de ir acompañados de un movimiento estructural, apoyado por las administraciones públicas, que a menudo son las que financian los procesos de digitalización, y por la sociedad en su conjunto. Nosotros somos un partner tecnológico, una pieza más del engranaje que contribuye a que todo funcione adecuadamente”, explica Natalia Valle, CEO y cofundadora de Plant on Demand.

Colaboración con gobiernos locales y escuelas de varias CC.AA.

En estos dos años, la empresa social ha cerrado acuerdos con varias administraciones locales y autonómicas de Galicia, Navarra y Comunidad Valenciana, apoyando sus políticas públicas de impulso a las economías locales y la producción sostenible. Más de 200 pequeños productores ecológicos, a través de 65 cooperativas y food hubs se benefician ya de su plataforma, la única con estas características en España, y esperan triplicar el número de clientes el próximo año.

Además, Plant on Demand colabora desde el pasado mes de enero con varias iniciativas de EcoComedores, cuyo objetivo es transformar la gestión alimentaria de los centros escolares para que puedan ofrecer a los alumnos y profesores una dieta basada en productos ecológicos, de proximidad, más sostenibles y con menor impacto ambiental. A través de sus hubs agrupan productos dentro de la misma área geográfica para proveer a más de 25 escuelas de Galicia, Comunidad Valenciana y Castilla y León.

Abierta ronda de financiación participativa con La Bolsa Social

Plant On Demand, que se puso en marcha con una inversión inicial de 140.000€ aportados por los socios fundadores, cerró su primera ronda de inversión de 100.000 euros con Dacsa Group, tras su paso por el programa KM ZERO Food Innovation Hub. Ahora, la compañía quiere seguir creciendo. Para ello, ha abierto una ronda de financiación participativa para conseguir hasta 500.000€ de inversión en La Bolsa Social, plataforma española autorizada por la CNMV que conecta a inversores de impacto y empresas que generan un impacto social y/o medioambiental positivo.

Esta cantidad se complementará con 230.000€ de un préstamo ENISA y otros 300.000€ procedentes de otras fuentes (plan de mecenazgo tecnológico y subvenciones públicas). El capital se destinará principalmente a optimizar su tecnología y ampliar el perfil de los usuarios que pueden utilizar su plataforma y ganar en escalabilidad. Adicionalmente, la empresa está cerrando financiación pública (Fondos Next Generation, Neotech Mujeres, grupos operativos supraautonómicos, financiación europea) por un valor de entre 200.000€ y 600.000€ y financiación filantrópica a través de la Fundación Daniel y Nina Carasso.

Sobre Plant on Demand- Plant on Demand es una empresa social comprometida con el desarrollo de la agricultura sostenible. Fundada en 2019, su misión es impulsar el consumo de productos ecológicos y de proximidad. Para ello, ofrece a los pequeños productores locales herramientas tecnológicas con las que digitalizar la gestión de su negocio, además de ayudarles a organizarse en hubs para optimizar sus procesos productivos y poder acceder a nuevos mercados. De este modo, favorece el desarrollo de nuevos modelos productivos y de consumo basados en la sostenibilidad, la responsabilidad compartida y la cooperación que contribuyen al avance de la transición ecológica.

 

Sobre La Bolsa Social- La Bolsa Social es la primera plataforma de financiación participativa autorizada por la CNMV que conecta a inversores de impacto y empresas que generan un impacto social y/o medioambiental positivo. Las inversiones que ofrece la Bolsa Social pueden ser en forma de capital –equity crowdfunding– para empresas jóvenes y con potencial, o en forma de préstamo –crowdlending– para empresas de impacto social más consolidadas. Cualquier persona puede invertir en las empresas publicadas en la plataforma, desde una cantidad mínima de 50 euros. Desde su nacimiento en 2015, la comunidad de la Bolsa Social ha crecido hasta las 8.500 personas, que han invertido 8 millones de euros en 30 empresas de impacto social y medioambiental. Además, en 2020 la Bolsa Social impulsó junto con Afi el Fondo Bolsa Social, un fondo de venture capital de impacto con el objetivo de seguir impulsando empresas de impacto social y medioambiental, y que ya ha realizado un total de ocho inversiones.

 

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