GUIA de buenas prácticas para las mezclas en campo de fitosanitarios. 24 páginas, 2015. Por el Ministerio de Agricultura de España
PUBLICACIONES
La foto la de la portada es de una GUIA de buenas prácticas para las mezclas en campo de fitosanitarios publicada en 2015 por el ministerio de agricultura español.
La utilización de los productos fitosanitarios en mezcla realizada en el campo es una práctica habitual en la agricultura. En determinados tratamientos fitosanitarios hay combinaciones de productos que son necesarias como tratamientos cebo, tratamientos que requieran adyuvantes o mojantes, o la adición de ceras en tratamientos post cosecha, cuya formulación en los productos fitosanitarios no es siempre técnicamente posible.
En la GUIA se contempla cómo realizar correctamente las mezclas de fitosanitarios en el campo, la prueba de compatibilidad en el caso de nuevas mezclas ¿cómo se hace?, las consideraciones a tener en cuenta en base a la clasificación toxicológica de los prodcutos, la vigilancia aconsejable y la documentación utilizada por los autores.
Los principales motivos que explican la realización de mezclas en campo son: a) Mejorar la eficacia y aprovechar efectos complementarios del tratamiento sobre la plaga / enfermedad / malas hierbas a controlar. Existen ejemplos de insecticidas contra diferentes estadios, o diferentes rutas de acción (sistémico y de contacto), o de adición de mojantes, cebos o atrayentes que mejoran la absorción, la aplicación, la efectividad y por lo tanto la eficacia. Una mayor eficacia implica una reducción de los fitosanitarios aplicados. b) Se agrupa en una única aplicación el control de más de una plaga, varias enfermedades y distintas malas hierbas que necesitan aplicación simultánea en el tiempo. Con lo cual se reduce el gasto de agua, las emisiones de CO2 a la atmosfera, la compactación del suelo o los efectos de deriva por las sucesión de aplicaciones fitosanitarias.
Ejemplo 1. Tratamiento posterior a la floración del manzano con dos insecticidas (pulgones y Carpocapsa), dos fungicidas (Oídio y Moteado), un fitoregulador para el aclaro de frutos y un mojante. (Una aplicación a 1 ha. de frutales requiere unos 50 minutos de tiempo, unos 6 litros de gasoil y otros imputs)
Ejemplo 2. Tratamiento de un trigo al final del ahijado con dos herbicidas (una para el control de dicotiledóneas y otro para el control de gramíneas) y un mojante. c) Para reducir el número de intervenciones y por tanto: – Menor impacto medioambiental (huella hídrica y de carbono) – Conservación del suelo (reduce compactación) – Economía de la aplicación (ahorro gasóleo, agua, mano de obra) – Uso eficiente de la energía y de los recursos escasos (combustibles fósiles y gasóleo) – Se evita la re-entrada a las zonas tratadas d) Para permitir tratar mayor superficie con menos tiempo, especialmente cuando por las condiciones climáticas adversas el periodo óptimo para realizar los tratamientos es muy corto.
Información relacionada