Por Francisco Seva Rivadulla
OPINIÓN
En las últimas semanas se han producido manifestaciones de agricultores por toda la geografía española, en las que han defendido su modo de vida, y han dado a la sociedad un ejemplo de unidad y fortaleza, saliendo a las calles y dejando bien claro que ya no pueden seguir así, con unos precios ruinosos y unos costes de producción elevadísimos, que está provocando una de las peores crisis agrícolas de las últimas décadas.
Es evidente que, el mal endémico de esta crisis pasa por que los costes de producción de los productos agrícolas están muy por encima de lo que perciben los productores cuando venden sus producciones en origen. Por lo que, una de las posibles soluciones podría encontrarse en que la Administración nacional subvenciones los costes productivos, como es el caso del agua, fitosanitarios, gasóleo, etcétera. El Gobierno tiene la “obligación” de ayudar a los agricultores y ganaderos, porque se encuentran en un “callejón sin salida”, y cada vez son más los productores que abandonan sus explotaciones por falta de rentabilidad.
A pesar de que se ha apuntado como “culpable” de esta crisis a las grandes cadenas de distribución, no es cierto pues los principales compradores de frutas y hortalizas en la Unión Europea, son las mismas, y sus márgenes de beneficio no son tan enormes, y como he indicado anteriormente, si los profesionales del sector primario quieren verdaderamente obtener rentabilidad en sus producciones necesitan ser más competitivos, y esto solamente se soluciona, con uno costes de producción y, por supuesto, con una reducción y bonificación de los impuestos a los agricultores y ganaderos españoles. Ahora es el momento de que nuestros políticos “se mojen” y aporten soluciones a los grandes problemas que está soportando el sector agroalimentario español.
Ha quedado muy claro, que los esfuerzos realizados por el sector en materia de internacionalización, innovación e investigación y desarrollo han contribuido a profesionalizar más el mismo, pero hace falta ahora “poner la atención” en que los principales “actores” son los agricultores y ganaderos, que no pueden seguir cultivando sus campos pues no es rentable, y con costes tan altos es totalmente inviable hacer competitivas las explotaciones agrarias.
El gran problema de la competencia desleal
Al mismo tiempo, otro de los grandes problemas que está envolviendo la “gran crisis agraria” que vive el campo español es la fuerte competencia de países terceros como Egipto, Marruecos, Turquía, Sudáfrica, etcétera. Todos estos países cometen de forma vergonzosa “una competencia totalmente desleal”, con la bochornosa permisibilidad de la Unión Europea, que permite la entrada de productos de los mencionados países, sin ningún tipo de tasa arancelaria, y cometiendo un auténtico “dumping social”, respecto a las producciones españolas.
Es evidente que el famoso “principio de preferencia comunitaria” no lo está aplicando Bruselas y, por tanto, es de máxima prioridad que los políticos españoles defiendan “con uñas y dientes” los intereses del campo español, y no continúen “cobrando grandes sueldos” sin “hacer nada”.
Aviso a Navegantes: La sociedad tiene mucho que agradecerle a los agricultores y ganaderos, son los artífices de los alimentos que cada día llegan a nuestras mesas, por eso son sin duda alguna, una pieza indispensable fundamental para el desarrollo socioeconómico de España. Por ende, les debemos respeto, admiración y hay que ayudarlos para que sigan siendo uno de los motores de nuestra economía. Con ellos y su trabajo, tendremos los mejores alimentos y nuestros país crecerá y será más enriquecedor.
Imagen cortesía de Pixabay
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