Citando datos de Ecologistas en Acción y de AESAN en los medios de comunicación españoles aparecen titulares señalando que las frutas y verduras tienen residuos químicos

 

OPINIÓN

Pere Papasseit

En alimentación hay ciertas noticias que son muy sensibles para la popularidad de los alimentos. Si preguntamos a los consumidores cuáles son a su parecer los alimentos más saludables, una muy amplia mayoría señala las frutas y verduras.

Referidos al comercio de los alimentos de la sección frutería en alguna ocasión aparecen noticias que cuestionan su seguridad alimentaria, a veces por residuos de productos químicos, en otras, por falta de higiene en las tiendas. Lo cierto es que en España y otros países europeos las buenas prácticas de las marcas que comercializan frutas y verduras aseguran su calidad mediante certificaciones.

La organización Ecologistas en Acción en un informe denominado ‘directo a tus hormonas’ señala que un 34% de los alimentos contiene algún residuo de plaguicida; y aseguran en las páginas del documento que este porcentaje asciende al 44% con residuos de fertilizantes en el caso de las frutas y verduras. Este dato se ha convertido en titular de información en los periódicos, citando que son datos de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, AESAN.

Hay productores que son marquistas y otros hacen partenariado con los grandes de la GDO, gran distribución organizada, y crean sus propias “marcas distribuidor”. En ambos casos todas sus frutas y hortalizas poseen “etiquetas certificadas de su Calidad”, es decir, cumplen con los requisitos sanitarios europeos, especialmente los de LMR, límites máximos de residuos químicos.

Los horticultores españoles son los mayores proveedores europeos de frutas y verduras. y éstas constituyen la principal actividad económica y social de la agroalimentación española.

Las frutas y hortalizas en España

En el comercio hay alimentos, casi la mitad de frutas y verduras, que contienen residuos de plaguicidas según los datos de 2019 de AESAN, encargada de analizar las muestras de alimentos, dice A. Cerrillo en La Vanguardia.

Globalmente el 34% de los alimentos tienen restos de plaguicida, un porcentaje que no mejora en los últimos años, aunque los cuestionados solamente superan los valores límite legales en un 2% de las muestras.

En el estudio, las fresas fueron el alimento que más residuos de plaguicidas acumulan, concretamente 37, de cuales 25 son disruptores endocrinos, es decir sustancias capaces de alterar el sistema hormonal. Los LMR de los análisis (2019) indican también que el 98’3 % de las muestras cumplen con la normativa porque, aunque tienen restos de plaguicidas, estos residuos están por debajo de los límites indicados en las certificaciones de calidad europeas.

El lindano, es un pesticida que sigue contaminando los ríos españoles, y está prohibido desde 2008, cuenta Alejandro Tena.

Ecologistas en Acción presentó el informe ‘Directo a tus hormonas’ en formato de guía de alimentos de los más y menos contaminados, explican Kistiñe García y Koldo Hernández, responsables del documento. En su trabajo hay cierto escándalo “el 31 % de los residuos detectados pertenecen a plaguicidas no autorizados por su toxicidad”, dicen. Ecologistas en Acción ha detectado 107 plaguicidas diferentes.

España volvió a ser líder en ventas de plaguicidas en Europa en 2019 y es también uno de los líderes europeos en la comercialización de plaguicidas, 75.190 toneladas, en 2019, en datos de Eurostat. En España, de las frutas y verduras vendidas en nuestras tiendas, se recogen tan solo 4,7 muestras por cada 100.000 habitantes, cuando la media europea está en 18,6 señala AESAN.

El 31 % de los residuos detectados y señalados pertenecen a plaguicidas no autorizados según los datos de AESAN. Es decir esta organización deja fuera del análisis a plaguicidas utilizados en el campo. Un ejemplo es el 1,3-dicloropropeno, que no se analiza en las muestras a pesar de ser el tercer plaguicida más utilizado en 2019 y cancerígeno por la IARC, ampliamente utilizado en las fresas.

Qué dice la industria de los fitosanitarios

En AEPLA dicen que el potencial de la agricultura pierde un 40% debido las plagas y enfermedades de las plantas.

El 5 de abril de 2021, se llevó a cabo la presentación del Manifiesto por la Agrociencia, impulsado por la Alianza por la Agricultura Sostenible (ALAS) y que ha sido suscrito inicialmente por una decena de organizaciones representativas de la totalidad de la cadena de valor del sector agroalimentario en nuestro país, entre las que se encuentra AEPLA.
“(…) Resulta imprescindible impulsar la agrociencia como motor para la consolidación de un modelo productivo sostenible en términos de crecimiento, acción climática, modernización y transición ecológica justa, especialmente para las áreas rurales, afectadas además por su creciente riesgo de despoblación”, dice el manifiesto.

Según el blog de AEPLA, con la difusión de ciertas informaciones da la impresión de que lo que se trata es de generar una percepción en la sociedad de que la utilización de soluciones de sanidad vegetal y tratamientos fitosanitarios se realiza en la agricultura convencional de una forma arbitraria e innecesaria, por el mero gusto del agricultor de ‘automedicar’ a sus plantas.

Actualmente la industria hortícola moderna tiene unas “buenas prácticas agrícolas:, en el uso responsable de productos fitosanitarios” y éstas quedan certificadas en documentos de trazabilidad de las marcas de frutas y verduras.

Los alimentos vendidos en graneles y sin etiquetados seguramente son de la responsabilidad del comercio, incluyendo sus posibles residuos químicos, es decir, de la tienda minorista. En cuanto a la higiene de los comercios que venden alimentos, especialmente frutas y verduras, la determinación de su mayor o menor excelencia, es también del titular de la tienda y los requisitos legales de las administraciones locales a las que pertenece, en un municipio o en otro.

La distribución y utilización de fitosanitarios está organizada

Desde la entrada en vigor en el año 2013 del Plan de Acción Nacional para el Uso Sostenible de Productos Fitosanitarios, a través del cual se estableció la necesidad de priorizar la Gestión Integrada de Plagas (blog.aepla.es), en la protección de los cultivos, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación puso en marcha el Registro Oficial de Productos y Material Fitosanitario (mapa.gob.es).

En la web de AEPLA cuentan que el funcionamiento del Registro Oficial de Productos y Material Fitosanitario es una prueba de los múltiples y exhaustivos sistemas de control y supervisión que se llevan a cabo en nuestro país y en el ámbito de la Unión Europea para garantizar la efectividad y seguridad de  los productos químicos utilizados a todos los niveles, y muy especialmente en lo que se refiere a la producción agrícola y en la poscosecha de los alimentos que consumimos diariamente.

Las actividades económicas relacionadas con frutas y verduras son una industria moderna

En la España de 1975 había una crisis de Buenas Prácticas Agrícolas, en la preparación de alimentos del campo al mercado mayorista. Con los éxitos exportadores de las organizaciones de productores de frutas y verduras, en los años 80-90 llegaron las certificaciones de calidad y los EurepGap, ISO 22000, IFS, Grasp-Global (11) -prácticas sociales- Gap, ../ -VER las Certificaciones de frutas y verduras, al pie del artículo- Ahora con el Covid nos lavamos y desinfectamos las manos continuamente. Según Antoni Bulbuena, “después de la pandemia el contacto humano será más a medida, sin besos para todos”.

Con la nueva normalidad, hay oportunidades para modernizar por igual los suministros de frutas y verduras con etiquetas de calidades certificadas para las ventas en las tiendas noreuropeas y las de nuestras tiendas y mercados.

Serán buenas noticias si se aseguran las medidas de “buenas prácticas” para todos los establecimientos de alimentos, incluidas las fruterías y sus graneles manoseados. La evaluación Grasp-Global -además de para los productores- debería aplicarse también para los canales mayoristas y detallistas de frutas y verduras que dependen del legislador en los municipios.

También sería otra buena noticia evaluar y difundir obligatoriamente las certificaciones Grasp-Global en las regiones que comercializan frutas y verduras desde huertos cercanos o muy lejanos hacia los mercados o establecimientos, mayoristas y detallistas, los españoles y los europeos.

En las marcas que venden frutas y verduras la trazabilidad está asegurada por las leyes y sus certificados de calidad.  ¿Es también así en las muestras utilizadas para realizar los análisis en las que se basan las informaciones de “Ecologistas en Acción” y en las de AESAN? Fueran recogidas las muestras -del informe “directo a tus hormonas”- de un modelo de comercio o de otro, las organizaciones profesionales de la industria hortícola harían bien en tomarse muy en serio las informaciones que comprometen la imagen de seguridad alimentaria y de prácticas sociales de sus operadores, en el comercio de las frutas y verduras en las tiendas de los españoles.

Ahora, con las buenas prácticas en la higiene que hemos adquirido con el Covid 19, como antes ocurrió con los escándalos de las vacas locas, nos han convencido a todos sobre la importancia de la higiene en el comercio detallista de alimentos.

En los años 70, la gente, productores y comercio, comprendimos que la hortofruta no es una buena actividad cuando trata de graneles de verduras y frutas viajando y vendiéndose de noche en camiones y mercados mayoristas, sin controles ni trazabilidad.

En el comercio de alimentos, en el chocolate, la horchata, la panadería selecta o los yogures, incluso para el agua y la leche, la certificación de la calidad, los etiquetados, la información al consumo, envasados inteligentes y prácticos, son necesarios y valiosos para los clientes en las tiendas e incluso para los cocineros.

Certificaciones de frutas y verduras
Entre las certificaciones que ofrece AENOR destacan el Certificado de Seguridad Alimentaria ISO 22000, que constituye herramienta para la gestión de la inocuidad de los alimentos por parte de todo tipo de organizaciones de la cadena alimentaria y todas las certificaciones de los principales esquemas privados.
– GLOBALGAP Buenas prácticas
– GLOBALGAP Prácticas sociales (GRASP)
– GLOBALGAP Material de propagación vegetal (ppm)
– Tesco Nurture Proveedores frutas y hortalizas
– Albert Heijn​ Proveedores frutas y hortalizas

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